Suso Santamaría, hostelero de Boiro: «Todo o que non sexa normalizar o ocio nocturno é arruinarme máis do que estou»

Ana Gerpe Varela
a. Gerpe RIBEIRA / LA VOZ

BOIRO

Suso Santamaría
Suso Santamaría CARMELA QUEIJEIRO

Empresarios del sector tienen muchas dudas sobre cómo será el regreso

05 may 2021 . Actualizado a las 20:49 h.

Mantener cerrado un local como A Pousada da Galiza Imaxinaria cuesta a su propietario, Suso Santamaría, más de dos mil euros. El hostelero explica que en el 2018 hizo una fuerte inversión para adecuar el negocio, para lo que tuvo que solicitar un crédito: «Un arrisca e móllase». El covid le forzó al cierre de su establecimiento hace un año y, sin ingresos pero con facturas que pagar, el boirense ha solicitado ya en este período dos préstamos ICO: «Un xa o gastei».

En su caso, la reconversión de A Pousada de Boiro en otro tipo de establecimiento es inviable: «Eu vivo das miñas actividades, que teñen que ser no interior». Ahora que las vacunas propician la remisión de la pandemia y que el estado de alarma tiene los días contados, el regreso del ocio nocturno es casi una realidad.

Sin embargo, las medidas anticovid continúan vigentes y existen muchas elucubraciones sobre cómo serán las condiciones para el retorno de estos negocios. Suso Santamaría lo tiene claro: «Todo o que non sexa normalizar o ocio nocturno é arruinarme máis do que estou». Antes del cierre el hostelero ya había implantado medidas que iban más allá del gel, la mascarilla y la desinfección, como el registro de quienes accedían al local.

 Non ía deixar que unha pandemia me pechara A Pousada, porque é un proxecto de vida»

Convencido de que podrá abrir, aunque sea con limitaciones de aforo, el empresario de Boiro lleva ya un tiempo concertando la agenda de actos: «Non ía deixar que unha pandemia me pechara A Pousada, porque é un proxecto de vida». Eso sí, reconoce que «pasei unha etapa complicada» y cuestiona la falta de apoyo de las Administraciones: «Síntome abandonado. Levas anos cotizando e non lle importas a ninguén».

También confía en poder abrir el Cúpula de Ribeira su propietario, Javier Gómez, quien tiene la ventaja de que está empleado en Correos, aunque no con carácter definitivo. Explica que ha aguantado los gastos de su establecimiento confiando en el fin de la pandemia, pero reconoce que no continuará con el negocio si debe volver a pasar por los vaivenes de cierres y aperturas. En su caso también ve inviable reconvertirlo.

Sí apostó por una alternativa al ocio nocturno Francisco Rey, propietario del Arena. El pasado verano tramitó en el Concello de Boiro el cambio de licencia para funcionar como cafetería y, de esta forma, mantener la actividad. Sin embargo, el hostelero asegura que «é un parche».

Comenta que aumentó su volumen de trabajo, entre otras cosas porque ha dado prioridad al servicio de cocina. Pero Rey reconoce que «non me soluciona nada. O nivel de facturación é moi inferior».

Xa non contamos con abrir ata o vindeiro ano»

Reconvertido en una actividad completamente distinta, aunque con ganas de reabrir las puertas del pub Gavá de Boiro, está Alberto Vidal. Sin embargo, en su hoja de ruta ve poco probable retomar la actividad a corto plazo: «Xa non contamos con abrir ata o vindeiro ano. Hai que ver que medidas adoptan».

Cuando el decreto del Gobierno central obligó a la suspensión del ocio nocturno, Alberto Vidal desempolvó un título de vigilante de seguridad que sacó hace tiempo: «Había dous ou tres anos que o tiña. Fixérao por si acaso, e veume ben porque ao pouco tempo de ter que pechar xa conseguín un traballo».

Vidal habla de los perjuicios que ocasiona el cierre: «Non é só o feito de non ter ingresos, senón que segues a pagar os gastos». Precisa que cuando salieron unas ayudas solicitó que, en lugar de recibir dinero, le congelaran los pagos que debía hacer. Para aminorar los desembolsos se dio de baja en autónomos. También critica la falta de apoyo a un sector que se ha visto especialmente perjudicado: «O das axudas é irrisorio».

En cuanto a retomar la actividad, comenta que el sector de la hostelería le gusta, pero manifiesta que «teremos que valorar se paga a pena. Se hai que facer un desembolso moi grande para axustarse ás medidas que pidan haberá que pensalo».