El jardín secreto del pazo de Goiáns

Ana Lorenzo Fernández
ana lorenzo RIBEIRA / LA VOZ

BOIRO

La limpieza de la finca permitió descubrir especies singulares de más de 200 años

26 mar 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Más de 120.000 metros cuadrados de terreno. Eso es lo que ocupa la finca del pazo de Goiáns, que hace unas semanas comenzó a limpiarse para que esté en perfectas condiciones cuando finalicen las obras de rehabilitación del histórico edificio. Estas tareas de desbroce han permitido descubrir ocultas entre la maleza importantes joyas naturales, algunas de las cuales aspiran a formar parte del Catálogo de Árbores Senlleiras de la Xunta.

Así lo explicaron el alcalde, José Ramón Romero, y el edil de Patrimonio, Raúl Treus, que ya iniciaron los trámites para que los técnicos de la Consellería de Medio Ambiente analicen las especies singulares que hay en esta parcela. Entre ellas está una camelia sasanqua -nativa de Japón y China-, de más de seis metros de alto y que suma más de 200 años.

También supera esa edad un monumental alcornoque situado a los pies del embarcadero que tiene veinte metros de altura; y, muy cerca de él, crecen unos singulares arbustos, denominados ruscus aculeatus -similares al acebo-, pero que no son comunes por esta comarca, así como un tipo naranjo, plantado muy cerca del pazo, y que es más habitual encontrar en la zona de Andalucía.

El regidor boirense explicó que la intención es poner en valor estos árboles, y todos aquellos que vayan apareciendo, puesto que aquí hubo plantaciones de espárragos, melones, garbanzos o ajos silvestres, y los viñedos llegaron a producir 15.000 litros al año. En este sentido, anunció que se firmó un convenio de colaboración con la UNED Sénior para recuperar los frutales de esta finca, y se va a solicitar a la Xunta realizar un taller de empleo forestal.

Volver a lo original

Paralelamente a la limpieza de la finca, continúan las obras de rehabilitación del pazo y de la torre de Goiáns, donde se ha optado desde el principio por devolver el edificio a su estado original. Así, se acaba de colocar todo el suelo de la primera planta buscando una baldosa hidráulica similar a la que había inicialmente, «porque hai que ter en conta que aquí houbo moitas reformas, pero recuperamos as pezas que estaban máis ocultas que son as orixinais», apuntó Romero.

También las balaustradas de piedra tienen la misma forma que las primigenias, y en las puertas y ventanas se han conservado varios de los anclajes, y los nuevos se han realizado imitando a los antiguos.

El arqueólogo municipal, Víctor Barbeito, recordó que la construcción perteneció a varias familias señoriales -Mariño, Varela o Caamaño- y que en el año 1892 se dividió en sendas partes que fueron para dos primos carnales. Esta decisión obligó a realizar una gran reforma que incluyó la construcción de una fachada con una entrada propia, además de instalar otra cocina y algunos muros divisorios que ahora se han tirado para devolver el edificio a su estado original.

Además, según explicó el alcalde boirense, se está actuando en las construcciones auxiliares (capilla, caballerizas o casa del casero) con la intención de protegerlas y evitar su deterioro. «Temos varios proxectos para recuperar estes edificios e imos buscar financiamento», señaló Romero, que también anunció que en abril habrá una nueva reunión de la comisión que estudia los futuros usos del pazo.