Tenía junto a su casa un museo formado por un centenar de figuras talladas en piedras
17 feb 2021 . Actualizado a las 15:11 h.El sector barbanzano del arte perdió a uno de sus grandes exponentes, un boirense que a golpe de cincel y martillo le fue dando forma a un museo particular al lado de su casa de Amanecida, en la parroquia boirense de Bealo. Más de un centenar de figuras integran el legado que deja Manuel Isolino Lorenzo Tarela, que hoy fallecía a los 75 años de edad.
La piedra no constituyó solo una afición para este boirense, sino que fue su medio de vida. Él es el fundador de Mármoles Barbanza, una empresa que lleva en el sector desde finales de la década de los 80 y cuyas riendas están ahora en manos de su hijo. Fue a raíz de la jubilación cuando Manuel Isolino decidió convertir la profesión en devoción.
Armándose de paciencia empezó a tallar desde figuras de sus familiares hasta escenas propias de la vida cotidiana. Incluso se atrevió con conocidos rostros de la esfera política y social española como los de Franco, Zapatero, Rajoy o los reyes eméritos Juan Carlos y Sofía.
Aunque recibió encargos y propuestas de compra, nunca quiso entrar en el negocio del arte: «Fago as esculturas porque me gusta, non para lucrarme», decía en el 2016, en unas declaraciones a La Voz de Galicia. Sí realizó donaciones para que su obra pudiera ser disfrutada por todos los vecinos. Confeccionó una Santa Rita para la capilla de Ponte Beluso y cedió, a la iglesia de Bealo, media docena de piezas que representan distintas escenas de la Pasión de Jesucristo.
En forma de piedras talladas, el legado de Manuel Lorenzo vivirá para siempre.