Visitación Triñanes: «Grazas a este medallón estou viva»

BOIRO

CARMELA QUEIJEIRO

La boirense cayó al suelo y no era capaz de incorporarse

25 jul 2021 . Actualizado a las 11:10 h.

Eran 16 escalones, una cantidad que puede parecer pequeña pero que, para Visitación Triñanes, se convirtieron en un obstáculo insalvable por los problemas de movilidad que sufre. Por ese motivo, y porque no quería ser una carga para nadie, decidió abandonar su casa e irse a vivir sola a un edificio con ascensor en el centro de Boiro. Aunque sus hijos y su nieta están pendientes de ella y le hacen la compra y la llevan al médico, la boirense pasa gran parte del tiempo sin compañía y, debido a sus achaques de salud, hace tres años decidió convertirse en usuaria del servicio de teleasistencia de la Diputación.

Dentro de poco cumplirá los 83 años, «pero eu non me encontro mal para nada, as cousas da casa sigo facéndoas eu. Pero nos Servizos Sociais recomendáronme que me apuntara a este programa e desde entón non me separo do pulsador». Nunca se arrepintió de tomar esta decisión, sobre todo desde hace un año, «porque grazas a este medallón estou viva».

Inconsciente

Fue la noche del 28 de abril del año pasado, y lo recuerda bien porque eran las elecciones generales. Ese día estaba en cama durmiendo y, cuando se quiso levantar, cayó al suelo. «Non era capaz de incorporarme, penso que quedei inconsciente. Sen saber moi ben como, pasei a man por riba e dinlle ao botón, e xa viñeron a salvarme», confiesa, para luego apuntar que en los últimos comicios también sufrió un achuchón. «Para min non debería haber eleccións nunca, porque sempre me pasa algo», bromea.

Desde que empezó la crisis del coronavirus, Visitación se siente incluso más segura con el servicio de teleasistencia, porque está más acompañada y protegida si sabe que siempre habrá alguien al otro lado del teléfono. Confiesa que no tiene miedo al virus, «porque que soluciono con meter cousas na cabeza? Eu penso que grazas a isto, agora haberá máis humildade no mundo, porque había moita soberbia».

Lo único que lamenta es no poder ver más a sus hijos, «porque teño un que traballa na fábrica e ten medo a contaxiarme». Confía en que todo esto pase cuanto antes, y que solo tiene una petición de futuro: «Que fagan unha residencia en Boiro. Eu non sei si xa a verei, pero a necesitamos».