Barbanza dejó su huella en Tierra Santa

Francisco Brea
Fran Brea LA VOZ

BOIRO

Vecinos de Lampón y Posmarcos disfrurtaron de diez días muy intensos

12 dic 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Como cada año, los vecinos de las parroquias de Lampón y Posmarcos hicieron las maletas, se subieron al avión y se lanzaron a conocer mundo. Fueron 26 las personas que, guiadas por el párroco Marcelino Sánchez, disfrutaron de diez días descubriendo Tierra Santa. «O visitamos todo. Foi unha viaxe de andar moito e durmir pouco. O pasamos moi ben e regresamos moi contentos pola experiencia vivida», reconoce Sánchez.

Lo cierto es que los barbanzanos no pararon. Partieron de Santiago de Compostela para aterrizar en Tel-Aviv y poner rumbo a Jerusalén. Allí pudieron pisar lugares tan famosos como el Monte de los Olivos, conocer diversas iglesias y santuarios o el huerto de Getsemaní, donde, según el Nuevo Testamento, Jesús oró la última noche antes de ser apresado.

También tuvieron tiempo de adentrarse en la capital de Israel: «É unha mestura de distintas culturas e relixións. Estivemos no museo do holocausto, no Santuario do Libro, vimos o Muro das Lamentacións… foi unha visita moi completa», explica el párroco.

El viaje tuvo muchas paradas. Los barbanzanos estuvieron en Belén, el monte Nebo, Petra, de la cual Marcelino Sánchez dijo que fue «a xoia da coroa», o Galilea.

De la arena al agua

Los viajeros también disfrutaron de la experiencia de pisar la arena del desierto de Judea, aunque tuvieran que soportar temperaturas que alcanzaban los 44 grados centígrados.

Para refrescarse se dieron un baño en el mar Muerto e, incluso, acudieron al río Jordán. Allí, «todos recibiron a auga, facendo un xesto recordando o bautismo». Cansados de tanto trajín, pero todavía con ganas e ilusión, el grupo hizo parada en la ciudad de Tel-Aviv antes de subirse al avión para regresar a Galicia. «Pasar de Tel-Aviv a Xerusalén é como pasar do día á noite. Tel-Aviv é moi interesante. É moderna e cosmopolita, case pode parecer europea», afirma Marcelino Sánchez.

Ahora, aún con el recuerdo de lo vivido, ya toca pensar en el viaje del próximo año.