Marcos Rodríguez «Se ha coaccionado la libertad del futbolista»

Álvaro Sevilla Gómez
Álvaro Sevilla RIBEIRA / LA VOZ

BOIRO

MARCOS CREO

El derbi Puebla-Boiro | El hoy directivo fue el cerebro del Boiro sobre el césped en los últimos choques contra el Puebla de la temporada 95-96

23 ago 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Todavía era un adolescente cuando Marcos Rodríguez (Boiro, 1971) debutó en el campo de Barraña. Corría la década de los noventa y aquel espigado centrocampista era el encargado de dar sentido y fluidez al juego del Boiro en el centro del campo. Él formó parte del equipo que jugó el último partido de liga contra el Puebla en la temporada 95-96. Casi 9.000 días después volverá a ver a ambos bloques sobre el césped. Esta vez, como directivo de un Boiro que sueña con el regreso a Tercera División.

-El último derbi lo vivió sobre el campo, ahora en el palco. ¿Cambia mucho su perspectiva?

-Ha pasado mucho tiempo y encuentro diferencias en todos los sentidos. Antes había más amor al club y a la camiseta que defendías. No existían los intereses económicos que hay en el fútbol moderno. Noto también, con respecto a esa época, como ha cambiado el compromiso de la gente joven. Sin querer generalizar, hay una falta de seriedad con el equipo y con los compañeros. Yo eso no lo viví. Antiguamente si eras juvenil deseabas que te llamara el primer equipo. Entrar en una convocatoria era una ilusión y eso se ha ido diluyendo.

-¿Recuerda el curso 95-96?

-Sí, vivimos un año bonito por el entrenador que teníamos, Carlos Millares, Chiqui. Fuera un referente en el Boiro cuando estuvo en Tercera e intentaba transmitir el fútbol que practicaba siendo jugador. Era muy técnico, apostaba por combinar, no quería balones en largo. Quizás fue el inicio de una nueva etapa futbolística en el Boiro, que luego se transmitió a otros entrenadores. Chiqui fue un pionero. Siempre me quedó grabado.

-En la hemeroteca consta que ese año salieron con el objetivo del ascenso a Preferente.

-Sí, el Boiro venía de una etapa en Tercera, pero la estructura del club se había ido diluyendo y quizás la situación era un poco el reflejo de la que vivimos actualmente. Se sumaron una serie de problemas internos y terminó cayendo a Primera Regional. Ese año no conseguimos el ascenso, pero sí en la 97-98, el 17 de mayo, que lo logramos en Malpica.

-Aquel fútbol era diferente, más pasional, las gradas llenas...

-Se vivía con otra intensidad, tanto el futbolista como el aficionado. Había rivalidad, pero sana entre los equipos de la zona, Puebla, Ribeira, Noia, Boiro e incluso Flavia, que venía de otras etapas. Cuando fuimos ascendiendo eso se perdió. En Tercera y Segunda B esos duelos desaparecieron. Ahora se están recuperando. Barbanza es una comarca muy futbolera, ojalá en un futuro nos volvamos a encontrar varios equipos en Tercera.

-¿La televisión terminó por matar al fútbol modesto?

-En mi época en Tercera recuerdo el campo de Barraña como un espectáculo, completamente lleno, similar a esta última etapa en la que el Boiro estuvo en Segunda B. Las plataformas y los partidos televisados que ahora hay cada día de la semana siguen haciendo daño al fútbol aficionado. Antes, el partido del sábado era el divertimento de la semana.

-¿Qué espera del derbi de este domingo?

-Deseo un duelo deportivo, sano. Evidentemente nos llega a ambos equipos muy pronto. Creo que no hay favoritos, ni el Puebla por jugar en casa ni el Boiro por venir de Tercera. Está al 50 % y lo que si quiero es un buen ambiente y que gane el mejor.

-¿Cómo eran los derbis de su época?

-No eran tan tácticos como lo son en los últimos años. Se ha coaccionado la libertad del futbolista y los equipos están más encorsetados. Ahora prima la táctica. Está claro que se estudia mejor a los rivales y que la estrategia está más preparada, pero nuestro fútbol era más alegre.

-¿La meta de este año es el ascenso?

-No queremos marcarnos el objetivo del ascenso, pero sí es cierto que el Boiro será un equipo importante en Preferente por el hecho de descender de Tercera. Queremos intentar estar entre los cinco o seis primeros y pelear por la competición hasta el final.