Mordió tres oros, una plata y un bronce con una embarcación creada en China hace más de dos mil años
13 ago 2019 . Actualizado a las 10:48 h.Rubén Fernández (Boiro, 1998) le dijo adiós al piragüismo de primer nivel siendo un adolescente. Optó por centrarse en estudiar Psicología cuando «chegou un momento no que sabes que este deporte non che vai dar de comer». No quiso desvincularse completamente. Sigue remando en Catoira, pero es en otra modalidad, la de dragon boat, donde ha logrado sus mayores éxitos. Los últimos, hace un par de semanas, cuando mordió cinco medallas (tres oros, una plata y un bronce) en el Campeonato de Europa disputado en Sevilla.
«Competín co Santa Lucía de Murcia, que é o equipo da UCAM. Levo varios anos con eles. O certo é que son probas que me gustan moito, son diferentes e o ambiente é moi bo», afirma el barbanzano, que empezó en el 2017 a bogar en unas embarcaciones creadas hace más de dos mil años en China: «Foi por culpa dun compañeiro de Pontevedra que me metín nese mundo. Gustoume porque non é unha disciplina tan individual coma o piragüismo e non te esixe tanto nivel físico. Nela podo competir a nivel europeo, na outra tería moi complicado pasar dun campionato de España».
Multidisciplinar
Es dentro de un barco dragón donde Fernández se reencuentra con aquel palista que se partía el pecho para mejorar palada a palada. Ahora, su vida ha cambiado. Además de los estudios, este verano le toca trabajar en un bar de Boiro. Los entrenamientos en Catoira son otra parte de su rutina, mientras que cuando estudia en Santiago los compagina con el gimnasio.
«Teño pensado seguir. Se nun futuro teño que sacrificar o piragüismo ou o dragon boat tereino que facer, pero mentres poida vou tratar de facer todo», confiesa Fernández, quien ya ha puesto el punto y final a la temporada veraniega: «O deporte deume alegrías. É un ambiente que me gusta, no só remar, senón tamén a xente que vas coñecendo ao longo destes anos»». El dragón de Boiro quiere seguir rugiendo.