Tensión en el regreso a la actividad de los mariscadores de Cabo de Cruz

BOIRO

gus de la paz

El colectivo de a pie vigiló a los rañeiros esta mañana en Mañóns para qeu no entrasen en sus concesiones

20 jul 2019 . Actualizado a las 13:33 h.

Madrugaron. Los productores de a pie y a flote de Cabo de Cruz se persentaron a primera hora de la mañana en las inmediaciones del banco natural de Mañóns. Los rañeiros para empezar su actividad a las ocho y los de a pie para controlarlos y que no se metiesen en sus autorizaciones. A pesar de la distancia, hubo tensión pues se cruzaron insultos desde uno y otro bando. Desde tierra, los movimientos de las lanchas eran seguidas con expectación. En el mar, vigilantes del pósito intentaban controlar que se respetasen las líneas. Aún  así, según la presidenta de las mariscadoras, Charo Vázquez, alguno superó las líneas establecidas por lo que tuvieron que avisar al patrón mayor.

Poco después de las diez de la mañana, el colectivo de a pie inició su actividad extractiva en la playa de Mañóns sin ningún contratiempo pero con los ánimos bastante alterados por el conflicto que están viviendo los dos colectivos.

El ambiente en la cofradía de Cabo de Cruz (Boiro) llevaba tiempo enrarecido. Las fiestas del Carmen de esta semana lograron relajar un poco las tensiones, pero no lo suficiente como para borrar tiranteces entre los

productores de a pie y los de a flote, que ayer estallaron a las puertas de la lonja. El colectivo de productoras de a pie se plantó. Acusa a sus compañeros de a flote de invadir sus concesiones y extraer el bivalvo de sus zonas. En protesta, se presentaron delante de la rula para impedir que los rañeiros vendiesen el producto. Su producto, según decían.

El conflicto arrancó bien de mañana. Cuando los de a pie llegaron a trabajar al banco de Mañóns, cerca de donde faenaban los de a flote. Fue la presidenta de las productoras, Charo Vázquez, la que comentó que los de las embarcaciones se habían metido en su zona de trabajo y, en protesta, optaron por dejar de mariscar. Algunas, incluso devolvieron al mar el bivalvo que ya habían extraído. De allí se dirigieron a la lonja y bloquearon la entrada en un intento de impedir que las capturas de los rañeiros fuesen puestas a la venta.

El colectivo se hizo fuerte a las puertas de la rula, donde se presentó al Guardia Civil, llamada a garantizar que los productores de a flote accediesen a la lonja con el marisco. Por eso convocaron a una reunión a la presidenta de las mariscadoras y al patrón mayor del pósito, José Manuel Pérez, mientras los rañeiros iban atracando a puerto, pero sin atreverse a bajar el marisco, dado que los de a pie pretendían que, si ellos no habían podido trabajarlo, tampoco debería hacerlo el otro colectivo.

Pero su propuesta decayó ante el peso de la ley. Los agentes advirtieron a Vázquez que era ilegal impedir la entrada del bivalvo y esta trató de calmar los ánimos a su gente. Pero aún así, cuando, protegidos por la Guardia Civil, los rañeiros llevaban sus capachos al interior de la lonja, los de a pie trataron de impedirlo y provocaron momentos de tensión en los que no faltaron los forcejeos, las agresiones físicas, los improperios, insultos, malos modos que finalmente consiguieron atajar los agentes tras identificar a algunas de las personas que detonaron los enfrentamientos.

El bivalvo, finalmente, pudo ser introducido en el recinto y puesto a subasta.

la lonjafueron llevando sus capachos al interior de la rula pero los de a pie intentaron evitarlo, por lo que hubo forcejeos, algún que otro golpe y también algunos kilos de marisco por el suelo. Tras unos momentos difíciles, los agentes del orden controlaron la situación e incluso identificaron a alguno de los que provocaron los incidentes. Al final, el bivalvo acabó en el interior para la subasta.

hasta que la Guardia Civil

Fue necesaria la intervención de la Guardia Civil para abrir paso entre las mariscadoras apostadas en la puerta de la lonja. Y aún a pesar de los agentes, cuando intentaron acceder al interior del recinto de subastas, hubo momentos de tensión, agresiones incluidas. Improperios, insultos y malos modos se vivieron desde primeras horas de la mañana hasta bien mediada la tarde.

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Los de a pie se presentaron a primera hora de la mañana en el banco natural de Mañóns. Cerca faenaban los de a flote. La presidenta de las mariscadoras, Charo Vázquez, comentó que los rañeiros se habían metido dentro de sus concesiones y, en protesta, optaron por parar el trabajo. Algunas, incluso devolvieron al mar el marisco que ya habían extraído. De ahí se dirigieron a la lonja y bloquearon la entrada en un intento de evitar que las capturas de los rañeiros fuesen puestas a la venta.

Con el paso de las horas, la tensión fue en aumento. Agentes de la Guardia Civil rodearon el edificio que alberga tanto la lonja como la cofradía El edificio que alberga la lonja y la cofradía fue rodeado por agentes de la Guardia Civil. Su presencia provocó que se celebrase una reunión entre la presidenta de los discrepantes y el patrón mayor, José Manuel Pérez.

La intención de los concentrados era que si ellos no trabajaron, que el otro colectivo tampoco lo hiciese. Su propuesta no fue tenida en cuenta y a media mañana los rañeiros iban atracando a puerto, eso sí, sin bajar el marisco hasta que tuvieron el visto bueno de la Guardia Civil.

Los productores fueron llevando sus capachos al interior de la rula pero los de a pie intentaron evitarlo, por lo que hubo forcejeos, algún que otro golpe y también algunos kilos de marisco por el suelo. Tras unos momentos difíciles, los agentes del orden controlaron la situación e incluso identificaron a alguno de los que provocaron los incidentes. Al final, el bivalvo acabó en el interior para la subasta.

Principio de acuerdo para delimitar las zonas de trabajo de ambos colectivos

La mediación de la Guardia Civil consiguió que el patrón mayor y la presidenta llegasen a un acuerdo. Charo Vázquez reunió a sus compañeros para explicarles que el problema estaba arreglado, pues el responsable del pósito, «comprometeuse a mandar as coordenadas para delimitar as zonas e tamén que ían multar a quen se metese no noso terreo». También Pérez intentó detallar a los socios el pacto alcanzado, pero fue abucheado y regresó al interior del pósito.

Vázquez avisó al colectivo que era ilegal impedir que vendiesen y les propuso que los compensaría con más topes de marisco. Aún así, los de a pie insistían en que los de a flote devolviesen el marisco al mar, algo a lo que se negaron.

Invitación a los compradores

La tensión fue en aumento y permanecieron en las proximidades hasta la hora de la subasta. A las cuatro de la tarde comenzaron a llegar los compradores, a los que invitaron a no participar, pero estos hicieron caso omiso y entraron a adquirir el bivalvo. El patrón mayor, José Manuel Pérez, declinó dar su versión de los hechos y explicar la situación.

El presidente de la agrupación de a flote y vicepatrón mayor, José Abuín, tampoco quiso extenderse mucho en el conflicto y tan solo dijo que un 95 % del sector de los rañeiros «estamos a traballar ben».

El berberecho que pasó por la lonja llegó a los 18 euros el kilo, un precio similar al de la almeja babosa, mientras que la japónica alcanzó los 22 euros.