«O que pasa aquí é tercermundista»

a. lorenzo / M. blanco / J. jamardo RIBEIRA / LA VOZ

BOIRO

Carmela Queijeiro

Más de 3.650 vecinos de Boiro permanecieron ayer cerca de siete horas sin suministro eléctrico, un problema que se repite con demasiada frecuencia en los últimos años

01 feb 2019 . Actualizado a las 13:17 h.

La noche se prolongó ayer más de la cuenta en varias zonas de Boiro, donde una avería en el suministro eléctrico dejó en penumbra durante siete horas a más de 3.650 vecinos de la parroquia de O Castro y de Barraña. Los afectados se quejaban de que, en los últimos años, los apagones no paran de sucederse, sobre todo en Cabo de Cruz, y todos coincidían en que el de ayer fue el más largo que recuerdan: «O que pasa aquí é tercermundista», dicen.

panaderías

Sin poder amasar. Unos de los primeros perjudicados fueron los panaderos que, a las cuatro de la madrugada, cuando se quedaron sin luz, estaban a punto de comenzar su jornada laboral. «Xusto cando íamos poñernos a amasar foise a luz. Logo volveu sobre as sete, pero faltaba unha fase e non ían as máquinas», explicó Pepe Silva, de la panadería Dora, que se vio obligado a comprar pan congelado y a cocerlo en su horno. «Tiven que facer isto para non deixar á xente sen pan», afirmó, para luego apuntar que esta era la primera vez que una avería en el suministro eléctrico tardaba tanto tiempo en repararse.

cafeterías

De brazos cruzados. Los empleados de los bares también vivieron una mañana relativamente tranquila, puesto que el corte de luz impidió que pudieran utilizar las cafeteras y el resto de aparatos eléctricos para preparar tapas y comidas. «Algo se hizo, porque se pueden servir algunas bebidas, pero lo cierto es que estuvimos bastante parados porque todo va con luz», señaló Gonzalo Gadea, que trabaja como camarero en un establecimiento hostelero de Cabo de Cruz.

centro de salud

Consultas sin ordenador. También en el ambulatorio boirense tuvieron serios problemas para hacer su trabajo, puesto que el generador con el que cuentan solo pudo aguantar hasta las ocho de la mañana. La coordinadora del centro, Julia Rey, reconoció que las consultas se realizaban «de la forma tradicional, como se hacía antes, porque no podemos acceder a los informes de los pacientes. Todo lo voy apuntando en una libreta para luego pasarlo al ordenador».

Peluquerías

A la luz de la ventana. Otros de los negocios más afectados por el apagón fueron las peluquerías, algunas de las cuales tuvieron que trabajar a la luz de la ventana. «Isto é vergonzoso parece que estamos na Idade Media», se quejó la peluquera Amparo Fernández, que no pudo peinar a una novia que se casaba ayer. «Tivo que marchar á Pobra para que a atenderan alí, e nós vamos a ir á casa das clientas a secarlle o pelo, porque aquí só podemos poñer o tinte e lavalo».

supermercados

Con linternas. Los vecinos de Cabo de Cruz que ayer querían hacer la compra en los supermercados también tuvieron serias dificultades, puesto que los establecimientos estaban a oscuras y era difícil localizar los productos en las estanterías, para lo que se tenían que ayudar de linternas o con la luz de los móviles. El trabajo para las empleadas también se duplicó, porque para cobrar hubo que apuntar primero en una libreta el precio de los productos y luego sumarlos. «Non funciona nin a calculadora, que vai con luz solar», señaló Lidia Muñiz, que recordaba que una vez estuvieron sin luz toda una tarde, pero el corte no había durado tanto como el de ayer.