Más de 41.000 vecinos carecen de conexión a Internet de alta velocidad

a. parada RIBEIRA / LA VOZ

BOIRO

MATALOBOS

En las zonas afectadas no hay previsión de mejora, como mínimo, a tres años vista

07 dic 2018 . Actualizado a las 13:09 h.

En la actualidad, las nuevas tecnologías, y sobre todo la conexión a Internet, se han convertido en un servicio básico para la mayor parte de la ciudadanía, hasta el punto de que ya no basta con un mero acceso a la autopista mundial de la información. Y es que el grado de calidad de esta prestación ya determina, por ejemplo, la competitivad que tendrán determinadas empresas o simplemente la calidad de vida de los habitantes de un lugar. En este sentido, 41.641 vecinos de la comarca carecen de conexión a Internet de alta velocidad, el 34 % de su población total.

Por si el tamaño de esta brecha digital no fuese suficiente, los datos facilitados desde el Ministerio de Industria que sitúan a estas entidades singulares de población (ESP) en el apartado de Zonas Blancas NGA cuentan con otro factor fundamental. Esta calificación indica que, como mínimo, no están previstas actuaciones de mejora de los sistemas e instalaciones a tres años vista por parte de algún operador y «en base a planes de inversión creíbles», según indican desde el organismo competente en esta materia, la Secretaría de Estado para el Avance Digital.

Al analizar los puntos cuyos residentes padecen esta carencia de redes de banda ancha de última generación es fácil advertir una serie de características comunes previsibles, como que se trata de espacios en zonas periféricas con baja densidad de población. Mas al poner el foco sobre los concellos con más personas en esta situación, llama la atención que sea Boiro el que encabece la lista por la dimensión territorial y la de su padrón. Y es que si ambos factores se suman a una dispersión poblacional el problema se agudiza.

Análisis municipal

Aunque en la gran parte de los casos los vecinos afectados se cuentan por decenas, hay lugares con cifras que superan el centenar. Por ejemplo, en Boiro destacan Escarabotiño con medio millar (550), Triñans (355), A Igrexa (336), A Magdalena (301), Graso (202) o Vilariño (201).

Por su parte, en Outes la brecha digital se acentúa en A Ribeira (186), Braño (168) o Siavo (145). En el caso de Porto do Son sobresalen los núcleos de Caamaño (338), Carballosa (218), Seráns (180) o Queiruga (169). Los rianxeiros tampoco son ajenos a esta cuestión, principalmente en O Pazo (337), Brión (312), Ourolo (298) o Cortes (251).

En Mazaricos el problema se centra en A Picota (341), Colúns (107), Maroñas (104) y en Espigas-Vilaferreiros (101); mientras que en el territorio noiés está focalizado en A Barquiña (393), Entrerríos (249) y A Portela (146). Los pobrenses que pertenecen a grandes zonas blancas se corresponden con los de A Lomba (263), A Mirandela (160) y Cabío (87).

En Carnota más de medio millar de residentes de la parroquia de O Pindo (603) no disponen de la última tecnología de Red, cuestión similar en Miñarzo (296). En el municipio muradano, el grueso de afectados se concentra en O Maio (690), Bornalle (122), Valdexería (123) y O Pazo (103); mientras que en Lousame se localiza en Aldeagrande (195) y Chave (104). Por último, en Ribeira sobresalen A Graña (171), Muíños (164), O Vilar (139) e Insuela (140).

Desglose de vecinos afectados en cada concello

1- Boiro: 6.371

2- Outes: 5.137

3- Porto do Son: 5.082

4- Rianxo: 4.774

5- Mazaricos: 3.627

6- Noia: 3.445

7- A Pobra: 3.073

8- Carnota: 2.877

9- Muros: 2.578

10- Lousame: 2.538

11- Ribeira: 2.139

(Datos recopilados por la Secretaría de Estado para el Avance Digital para el Ministerio de Industria)

Por un pacto digital (Sálvora)

Los lugares mencionados a lo largo de esta información son los que cuentan con mayor número de afectados, pero es necesario recordar que la desigualdad también existe para núcleos donde solo viven una decena de vecinos. Es urgente que las Administraciones se sienten con las operadoras para que el acceso digno a Internet llegue a todos, aunque sea a través de tecnologías alternativas como el satélite.