El parque móvil de la comarca suma 2.000 vehículos con más de 25 años

a. lorenzo / xoán r. alvite RIBEIRA / LA VOZ

BOIRO

CARMELA QUEIJEIRO

Salvo en Outes y Boiro, estos coches están exentos de pagar el impuesto de rodaje

11 nov 2018 . Actualizado a las 23:13 h.

Es una realidad que el parque móvil de la comarca está muy envejecido, y buena prueba de ello es que de los alrededor de 77.000 vehículos que circulan por las carreteras de Barbanza, cerca de la mitad tienen más de diez años y alrededor de los 2.000 ya han superado la barrera de los 25. Aunque la cifra de turismos que han cumplido sus bodas de plata todavía podría ser mucho mayor, puesto que, desde los distintos concellos son conscientes de que hay muchos más automóviles que están en esta situación.

El motivo, que casi todos los ayuntamientos, a excepción de en Boiro y en Outes, estos coches están exentos de abonar el impuesto sobre vehículos de tracción mecánica (IVTM), ya que hay una bonificación del 100 % a los propietarios de aquellos automóviles denominados históricos o cuya fecha de fabricación sea anterior a 1993.

Más de 700 registrados

El municipio que cuenta con mayor número de coches viejos es Ribeira, que suma 705, aunque desde este Concello reconocen que muchos no circulan por la calle, pero tampoco se han dado de baja en Tráfico. Hace dos años que en Boiro se comenzó a cobrar la tasa de rodaje a este tipo de turismos y están registrados cerca de 400. En Noia la cifra alcanza los 235, en Mazaricos 142, y en A Pobra, Porto do Son y Lousame rondan el centenar, respectivamente, mientras que en Carnota apenas hay 16.

«Yo creo que no lo voy a vender jamás»

Cuando vio por primera vez un Ford Probe, «me enamoré de él. Lo tenía un amigo mío y también se lo había visto a un chico de Ribeira y me encantaba», recuerda Jorge Simil que, por casualidades de la vida, un día en un concesionario se cruzó con una persona que se acababa de comprar otro automóvil y que no sabía que hacer con su Ford Probe. «En ese instante sabía que tenía que aprovechar la ocasión que se me brindaba y lo compré. Desde aquel día lo he cuidado por encima de todo». De hecho, el vehículo está como nuevo y no pasan muchas semanas sin que lo encere o le dé brillo, y el motor «no hace falta que falle, cuando tengo un poco de tiempo de libre, lo reviso por completo y me esfuerzo por ponerlo a punto, en todos los aspectos, tanto en el interior como en el exterior. Un coche viejo no puedes esperar a que te dé un problema, siempre tienes que estar por delante en el tiempo», afirma el pobrense, que también lamenta las grandes dificultades que existen para poder conseguir piezas de recambio, a lo que se une lo caras que son.

Otro inconveniente de este tipo de automóviles clásicos es que «los talleres mecánicos no quieren arreglar estos coches porque carecen de esquemas eléctricos y mecánicos de los mismos, y no se quieren complicar la vida, por lo que no nos queda más remedio a los amantes de estos clásicos que buscarnos la vida y rompernos la cabeza para arreglarlos».

Para este pobrense, su Ford Probe ya forma parte de su familia, «yo creo que no lo voy a vender jamás. Cuando estoy aburrido me meto dentro y lo único que me vienen a la mente son momentos vividos con él a lo largo de mi vida. Yo ya no lo veo como un coche».

La normativa obliga a registrar este tipo de automóviles para obtener la bonificación

Aunque hay varios concellos de la comarca que tienen derivado el cobro del impuesto de rodaje en la Diputación, todos disponen de una normativa específica donde se habla de las bonificaciones que se establecen en determinados tipos de vehículos, incluyendo los que tienen más de 25 años. El primer paso es solicitar en las oficinas municipales el correspondiente papel de registro , adjuntando los datos del automóvil con la fecha de fabricación y la ficha técnica.

En algunas ordenanzas se establecen diferencias específicas entre los vehículos considerados históricos y aquellos que ya han superado un cuarto de siglo, pero que no tienen ninguna peculiaridad. De hecho, esto es muy importante, puesto que los primeros disponen de una serie de ventajas a la hora de contratar los seguros obligatorios, y también se establecen unos plazos mayores para pasar la ITV, al no tener que acudir a la revisión cada año, sino cada dos o incluso cada cuatro.