Los colores que vistieron a la leyenda

antón parada RIBEIRA / LA VOZ

BOIRO

MARCOS CREO

El futbolista recuerda lo que supuso para él su paso por el Compos y el Boiro a dos días del choque entre ambos

09 nov 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Tan solo en un puñado de ocasiones tienen lugar una serie de bellas casualidades que asemejan haberse confabulado en el pasado, para reencontrarse en el futuro invocando al destino. Este domingo, uno de esos pactos resurgirá sobre el césped del campo de fútbol de Barraña, donde una nueva jornada de Tercera llama a filas a los hombres del Boiro y del Compos. Los mismos equipos que vieron forjarse a la leyenda que Marcos Yáñez, Changui (Boiro, 1977), fabricó con sus botas.

El histórico futbolista, ahora convertido en el presidente boirista que no dudó en ponerse a las riendas del club en su momento más aciago, no verá el choque desde el palco. Saltará al terreno de juego como ya lo había hecho con ambos conjuntos, dos décadas atrás. Por eso es inevitable que Changui cuente que «jugar contra el Compos siempre es especial, por todo el cariño que le tengo. Gracias a ellos debuté en Primera División y me di a conocer dentro del mundo del fútbol».

Han pasado 21 años desde aquel 1997 en el que Yáñez se estrenó al máximo nivel competitivo del deporte rey, tan solo uno más de la edad que tenía en aquel momento exacto. «Nunca olvidaré el partido contra el Racing de Santander, el primero en el que fui titular en Primera y cuando marqué el gol. Siempre que hablo del Compostela, este es el primer recuerdo que me viene a la mente», señala.

Dos escudos

Para Changui sería imposible decantarse por un escudo u otro, ya que de ellos extrajo valiosas experiencias para su carrera deportiva. «Nací futbolísticamente en Barraña, siento y me duele todo lo malo que le pase al club aunque hubiese años en los que no haya estado aquí», recuerda con nostalgia el punta, para confesar que «el Boiro siempre estará por encima de cualquier otro equipo en el que haya jugado».

En la memoria del delantero, el hogar también rivaliza con los primeros pasos en la capital gallega, «las promociones con el Vista Alegre o mi estreno en División de Honor con los juveniles», pequeños hitos que reafirman a Changui en el pensamiento de que «la vuelta del partido será aún más especial, sobre el césped de San Lázaro, por todo lo que significó».

Pero al igual que todo en la vida, de las tierras santiaguesas también hay recuerdos agridulces, como «lo que me pasó cuando me marché y durante el último partido del Compos antes de descender. Los comentarios que hice en prensa no fueron todo lo que quería expresar y hubo quien los malinterpretó para echarme encima a una afición que siempre estuvo comprometida conmigo».

En este sentido, con los pies en el presente y en el plano deportivo, Changui tiene muy claro que «como mínimo, el Compostela se merece competir en la Segunda División B».

San Lázaro fue el prólogo de un joven de 17 años que se convirtió en un punta con más de 300 goles marcados

Para comprender lo que supuso el salto de Changui del Boiro al Compostela en los noventa hay que ponerse en la piel de un adolescente que se disponía a dar lo mejor de si mismo para crecer como jugador de alto nivel: «Era un chico de 17 años que no sabía lo que era el fútbol profesional y el Compostela me lo enseñó todo. Me enseñó cómo mejorar deportivamente y, sobre todo, a cómo ser mejor persona».

Y es que entonces, de Barraña a San Lázaro había un abismo en la preparación: «Pasas de una forma de entrenar a otra totalmente diferente. Recuerdo la durísima pretemporada del primer año con Fernando Vázquez, hicimos nueve sesiones seguidas de mañana y tarde con una exigencia importante», analizó Marcos Yáñez, para precisar que «agradezco todo aquello, al final valoras el esfuerzo físico y mental que a la larga me beneficiaron para aún hoy seguir jugando al fútbol».

Esa base es la que luego le dio las tablas para inscribir su nombre en lo más alto con el Dépor y acabar contando con más de 300 goles en su haber. Por este motivo, Changui atesora varias camisetas que representan jornadas fundamentales para entender su historia. «Del Compostela guardo la camiseta del debut en Mérida, la del gol en Santander y la del primer hat trick en Segunda División contra el Éibar en San Lázaro, así como algún recuerdo, como cuando cambié al número 10», relata, feliz, el boirense. Pero, ¿por qué conservarlas? El histórico lo tiene claro: «De vez en cuando me gusta mirarlas para despertar buenos recuerdos».

Mirar al domingo

A pesar de lo bello de la nostalgia y el reencuentro, la tabla no se desdibuja, ni la competición se apaga. Esto es algo que el presidente del Boiro tiene muy claro cuando afirma: «Lo que haremos tanto yo como mis compañeros es dar lo máximo posible en un partido complicado, pero tenemos que intentar sacar los tres puntos para romper esta dinámica negativa. Después, desearle todo lo mejor al Compos y que ojalá gane la liga y se meta en el ascenso, porque se lo merecen».

Cuando se le pregunta a Changui si cree que habrá un especial desplazamiento de la afición santiaguesa por su presencia, este sonríe y responde con la habitual humildad que le caracteriza que «sí, pero no por mi, será por la hermandad entre ellos y las Krusadas. Y eso es, verdaderamente, lo bonito de lo fútbol».