Camino al andar

Estevo Silva Piñeiro SOSPECHOSO HABITUAL

BOIRO

15 oct 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Si hay algo que nos iguala en el escalofrío independientemente de nuestro credo, raza o condición es escuchar la palabra cáncer. Cuando esas seis letras aparecen en nuestra vida, absolutamente todo lo que no sea darle la batalla importa bien poco. Todos hemos sufrido de algún modo o hemos sido testigos del brutal envite de esta enfermedad que padecerá una de cada tres personas en alguna de sus múltiples formas en las próximas décadas. Acongoja.

Es por eso que cuando surgen iniciativas como la de la Farmacia Cimadevila la gente se suma. En su primera edición el pasado año mil personas salieron a pasear casi espontáneamente por las calles del pueblo en un gesto inédito en Boiro, sin la participación del ejecutivo, casi a pelo. Ayer fueron dos mil las personas que salieron a caminar un rato contra el cáncer, en esta ocasión ya con colaboración del Concello. Cada una de ellas dio diez euros a la causa. La multiplicación es sencilla y muy halagüeña.

Hay que agradecer profundamente que en donde el gobierno recortó en investigación, ciencia y medios aparezca gente del pueblo, como Carmiña y los suyos, que se visten el traje rosa de faena y ponen en práctica una idea sencilla para ayudar a recaudar un dinero que ojalá no tuviese que ser utilizado para tal fin, pero que ahí está un año más.

Las cosas que realmente importan es mejor que las trabaje el pueblo. Si algo nos han enseñado los gobiernos que hemos tenido hasta ahora es que al final el dinero público se lo pulen ellos en sus cosillas. Caminante no hay camino, ayer en Boiro se hizo camino al andar.