El mal día del Boiro ante el Vilalonga

A. Parada BOIRO / LA VOZ

BOIRO

CARMELA QUEIJEIRO

Los de Víctor Santos se dejaron tres puntos ante un conjunto que ya está descendido matemáticamente, en una jornada marcada por la polémica de los impagos

23 abr 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

En el fútbol, como en tantas otras profesiones, los problemas que te llevas al trabajo pueden acabar interfiriendo en cómo lo realizas. Esa fue una de las cuestiones que permiten explicar la derrota cosechada ayer en Barraña por el Boiro (0-2) frente a un Vilalonga colista que ya no se jugaba nada, al estar matemáticamente descendido. Pero el mal día de los boiristas comenzaba antes de que el árbitro soplase el silbato.

El capitán de los locales, Borja Outeiral, había anunciado previamente que la plantilla realizaría una sentada para protestar porque llevan dos meses sin cobrar, un acto simbólico que a última hora se convirtió en una pausa, de un segundo, en pie, durante el inicio del encuentro. Sin embargo, eso no apagaría el crescendo de cuchicheos que se escuchó durante toda la jornada en el graderío.

En líneas generales, el choque estuvo marcado por las constantes imprecisiones del Boiro, que no permitieron materializar las múltiples ocasiones de gol que generaron los de Víctor Santos. Después de un primer cuarto de hora sin pena ni gloria, el Vilalonga abría la lata con un gol de Rey que aprovechó una contra que no halló resistencia.

Tan solo cinco minutos más tarde, Aaron ponía el segundo y último tanto que se vería en el encuentro para los de Sanxenxo. El visitante logró fugarse de la defensa local en otro contraataque para encontrarse cara a cara con Miguel, a quien amagó hábilmente para llevarse la bola de paseo directamente hasta el interior de la cocina.

Luchar hasta el final

Tras la vuelta de vestuarios, el Boiro saltó al campo con otro planteamiento. Los de Víctor Santos se dejaron la piel hasta el final, pero el cancerbero del Vilalonga desplegó un auténtico desfile de técnica y se convirtió en una muralla, que no cedió ni el gol de honra.

«Creo que non houbo un partido no que xeráramos máis ocasión que neste, pero as ocasións hai que convertelas e neste deporte gaña o que marca máis goles», con estas claras palabras, analizó el entrenador del Boiro la dinámica del choque.

«Na segunda parte foi un monólogo absoluto noso, pero o porteiro estivo acertado e nós non, iso foi o que nos lastrou», señaló Santos del arreón que protagonizó la plantilla tras pasar el ecuador del encuentro. «Estou orgulloso do traballo do equipo e da actitude e da entrega de cada xogador, pois ata o último minuto non perderon a fe. Agora toca seguir», destacó el técnico que ya piensa en el próximo partido en casa del Arenteiro.