Postes, marquesinas, farolas, fachadas e incluso señales continúan siendo el soporte principal para colocar las esquelas
13 ene 2018 . Actualizado a las 05:00 h.Por mucho que las nuevas tecnologías sigan ganando terreno y muchas funerarias cuelguen ya las esquelas de sus clientes en la Red, el formato tradicional todavía se impone en el campo de las necrológicas. Esto supone que en la comarca sigan existiendo puntos clave para estar al tanto de los decesos en cada parroquia, un ámbito en el que los soportes más curiosos y diversos se convierten en el eje informativo de los núcleos, rurales y urbanos.
En las principales localidades hay determinados lugares que son parada obligada para saber quién ha sido el último vecino en abandonar este mundo. Fachadas de inmuebles que antaño concentraban a gran número de personas, como antiguos bares, continúan cobijando esquelas aunque haya años que no se registra actividad alguna en ellos. En otros casos, el edificio en cuestión ha ido cambiando de manos y de usos, pero mantiene su función informativa. Otro punto fundamental para estar al tanto de la crónica necrológica son las plazas de abastos, como la de Noia, la de Boiro o la carpa que hasta la apertura del nuevo mercado cobijó a los placeros ribeirenses.
En cuanto al ámbito rural, a falta de tablones de anuncios propiamente dichos, se han buscado soluciones más imaginativas. En Taragoña, por ejemplo, se ha forrado con cinta adhesiva un poste del tendido eléctrico y sobre esa capa se fijan las esquelas. Por lo que se ve, el hormigón no es el mejor material para este fin. Las marquesinas son todo un clásico en este campo, y en Asados se aprovechan señales e indicadores para colocar los carteles.
De toda la vida. Primero fue panadería, luego estuvo cerrado durante años y ahora es una lavandería, pero este bajo de A Pobra nunca dejó de tener esquelas.
En medio. Negocios como bares y comercios de toda la vida son un punto habitual para la colocación de esquelas, pero en núcleos en los que no hay establecimientos de referencia de este tipo se buscan alternativas. Es el caso de Bealo, donde en medio de la acera, anclado a un poste de la luz, se ha instalado un tablero que los vecinos de la zona consultan para estar al tanto de los decesos que se producen en el municipio.
Cambio de ubicación. Todo el mundo va al supermercado -igual que a las plazas de abastos-, así que en Noia los vecinos del entorno de San Lázaro revisan las esquelas que se van pegando en la pared de paso que van a hacer la compra. Recientemente se realizaron obras en la fachada y se optó por colocar una especie de tablón y desplazar unos metros el lugar para los anuncios.
Tablero firme. En Asados hay varias señales que, además de como indicadores, funcionan como punto de información de los decesos. Sin embargo, el viento y la lluvia hacían estragos, así que en algunas se han atornillado tablones de verdad.
Ingenio. Se ve que en el hormigón el celo no pega bien, así que en Taragoña a alguien se le ocurrió forrar con cinta aislante el poste del tendido eléctrico para solucionar el problema. Ahora, los vecinos tienen el soporte perfecto para colocar las necrológicas.