La Festa Pleiboi se ganó la madriguera

a. parada / p. riveiro

BOIRO

Un local de Boiro reunió a una multitud en una juerga sin precedentes

27 ago 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El minutero del reloj acaricia ya la medianoche y, a medida que uno avanza hacia la boirense Abadía de San Enrique, no es difícil advertir que la tranquilidad de la zona donde descansa una bella iglesia y un camposanto había cambiado radicalmente. Los coloridos haces de luz se entremezclan con los neones de la cabina del disyóquey, para iluminar las letras de un improvisado cartel, que versa: Festa Pleiboi.

Mientras centenares de personas conversan impacientes apurando las primeras copas, se escuchan comentarios sobre la polémica legal que estalló esa misma tarde con la marca del conejito. Hasta que un «no estaba seguro de si este año se haría la fiesta» es silenciado por el ruido sordo de un cohete que despierta fuegos artificiales en el cielo. Suena la música y el escenario recobra la atención con dos gogós de cuerpos esculpidos. Ya no hay vuelta atrás, se desatan el baile, la locura, el vuelo de minifaldas y varias camisas.

«É unha festa diferente, única en toda a zona», comenta el joven Alberto Mayán, que ha acudido con su novia y amigos. Pero no hay conflicto ni celos, pues «todos temos ollos e por mirar non hai problema».

Entretanto se sucede el desfiles de sonrisas y flashes ante el photocall, así como las conversaciones en las cómodas zonas de sillones y relax. El boirense Quin Riveiro posa con los bailarines con una camiseta que remienda las letras del nombre de la firma americana: «En Galicia o enxeño non o paran nin con conejitas».

Son las cuatro de la mañana y llegado el ecuador de la noche, y de la canción, un cañón de espuma refresca el ambiente, y se declara que aún sin conejos, en esta madriguera nadie baja las orejas.