Un San Ramón lleno de contrastes

Ramón Ares Noal
M. Ares RIBEIRA / LA VOZ

BOIRO

La romería de Bealo fue menos concurrida que otros años, pero no por eso perdió fuelle

01 sep 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Cachuchas de Lalín frente a zapatillas Nike de juja. Armamento de última generación frente a perritos chinos que no paran de ladrar. Tradición y devoción frente a modernismo y agnosticismo. La romería de San Ramón de Bealo, dicen que la más antigua de Galicia, es una exposición de contrastes con un nexo común: disfrutar rezando, comiendo, bailando o como mejor le convenga a cada uno de los asistentes.

Conclusión unánime. La romería del 2016 no fue la del 2015: menos gente. Si los grandes acontecimientos se miden por la concurrencia, la fiesta de San Ramón de ayer no fue la mejor, pero puede que de más calidad porque cayó en miércoles, lo que no es óbice para los boirenses, pero sí para los romeros de municipios limítrofes. No en vano, para los primeros fue festivo y para los otros fue un ejercicio de esfuerzo para despedir el verano barbanzano como manda la tradición.

Si la nueva costumbre es hacer de la romería con 260 años de antigüedad una disculpa para acampar o convertirla en un gran botellón, tampoco fue el caso esta vez. Sí hubo acampada, pero menos concurrida; sí hubo botellón, pero con menos asistencia.

Para evitar incidentes con la reserva de espacios, en esta ocasión se prohibió delimitar con cintas la carballeira. Se respetó lo de siempre, es decir, los puntos donde se establecen los feriantes. Lo demás, como siempre, y para demostración, la paradoja de tiendas de campaña levantadas al pie de un árbol que lucía la señal: prohibido acampar. Pero eso es San Ramón. La fiesta en la que todo vale para aprovechar hasta el extremo el cénit turístico, justo hasta que el sol evidencia su debilidad y se cae como el the end de una obra maestra de Hollywood.

El tiempo acompañó, como lo ha hecho todo el verano, y ya se sabe que ese es un factor fundamental. No estaría mal que las comisiones gastaran más presupuesto en convencer a santa Clara que en las afamadas orquestas que llenan plazas... si no llueve.

Para los autóctonos no hay mejor San Ramón que el de ayer, es decir, que entre los invitados se encuentren el sol, una temperatura suave y ganas de diversión. Dicen que desde su orígenes esa es la base de la romería, y, por supuesto, la devoción al santo, que se evidenció con la presencia de embarazadas en busca de un buen parto... Sobre lo otro, lo del varón o el embarazo, queda en la privacidad de quienes lo buscaban.

Ayer fue el día grande de los festejos de verano, pero en Bealo queda fiesta hasta el domingo, cuando se celebrará el san Ramón Pequeniño, una romería ligh para quienes no pudieron cumplir con el san Ramón de Bealo el 31 de agosto.