Un hostelero de A Pobra: «Si en verano nos cierran otra vez, yo ya no abriría»

Francisco Brea
Fran Brea RIBEIRA / LA VOZ

A POBRA DO CARAMIÑAL

María Vilasó atiende a unas clientas en la terraza de su bar en el casco urbano de A Pobra
María Vilasó atiende a unas clientas en la terraza de su bar en el casco urbano de A Pobra CARMELA QUEIJEIRO

Los profesionales del sector muestran su preocupación e incertidumbre ante la posibilidad de que se vuelvan a tomar medidas si suben los casos de covid

01 may 2021 . Actualizado a las 18:56 h.

Los hosteleros de A Pobra volvieron a abrir, una vez mas, sus negocios este viernes. El fin de las restricciones extremas les permite trabajar, aunque solo la terraza y al 50 %. «De momento, parece que está arrancando y el tiempo ayuda. Lo malo será cuando llueva», comentaba María Vilasó en su local. Los profesionales del sector pobrenses llevan un 2021 muy complicado: «Es frustrante haber podido trabajar solo la mitad del año, genera inseguridad para todo. No sabes cómo planificar los camareros ni la mercancía», señalaba Vilasó.

Las diferentes medidas que se fueron aplicando durante este años provocaron que en A Pobra «de catro meses, dous estiveramos pechados», explicaba Juan José Rivas en la puerta de su local. Él no entiende que la Xunta aplique restricciones que no corresponden al nivel de incidencia acumulada que registra el municipio: «Xa deberiamos estar abertos dentro, polo menos ao 30 %». Más aún en un fin de semana en el que se celebra el Día de la Madre: «Que impide que as familias marchen comer a Boiro ou Ribeira?, por exemplo. Esta é unha das mellores fines de semana e non se vai a poder aproveitar».

Rivas ya mira al verano, la esperanza de muchos hosteleros. Pero lo hace con la inseguridad que provoca una situación cambiante, en la que nunca te puedes confiar: «Se chove todo un mes ou 15 días, xa perdido. Ou se volven subir os casos e nos pechan... o 1 de setembro xa non sei se compensaría volver a abrir. É lanzar unha moeda ao aire».

A la temporada estival también se refería Alexander Farga mientras preparaba un café en su bar: «La preocupación es por si vuelven a subir los casos. Si en verano nos cierran otra vez, yo ya no abriría. Sería un desastre, porque ya vamos a trabajar para pagar las deudas y ponernos al día».

Los primeros cafés

En las terrazas del centro del casco urbano de A Pobra podía verse a primera hora como los vecinos se animaban, poco a poco, a tomar los primeros cafés y desayunos en los bares tras 21 días sin poder hacerlo. «La gente viene con ganas y esperemos que esta sea la última reapertura», apuntaba David Narváez. Él se mostraba contento al ver que la clientela estaba respondiendo, aunque reconocía que «se va tirando con pocas ayudas». A esta cuestión también hacía referencia Juan José Rivas: «Moitas veces non son reais polas condicións que che piden».

Más afectan las medidas a los restaurantes. José Antonio Rodríguez montaba dos mesas en su terraza: «Teño licenza para catro e ao ter que estar ao 50 %... É moi difícil e complicado traballar así. Ata que non podamos usar todo o que temos é imposible. Porque se así pensan que é rendible, antes, ao 100%, faciámonos ricos?».

A unos metros está uno de los locales de Miguel Ángel Moledo de Sousa y Manuel Ferreira de Sousa, hombre que lleva 50 años en la hostelería y «nunca vivió algo así», reconocía su hijo, quien explicaba que «hace dos meses cobré una ayuda que pedí el año pasado y estoy esperando por otra que está aprobada en el 2020. Tenemos dos locales y es mucho gasto, porque mientras tanto siguen cobrando todo».

El lunes, los hosteleros pobrenses ya podrán usar el 30 % del aforo del interior de sus negocios y esperan no volver atrás.