Un pago con tarjeta denegado acabó en un asalto con violencia en una tienda de A Pobra

Francisco Brea
F. Brea RIBEIRA / LA VOZ

A POBRA DO CARAMIÑAL

Luz intentó parar al asaltante para que no accediera al mostrador
Luz intentó parar al asaltante para que no accediera al mostrador CARMELA QUEIJEIRO

La propietaria del negocio tuvo que recibir asistencia médica al sufrir un ataque de ansiedad y un golpe en la espalda

04 feb 2021 . Actualizado a las 15:42 h.

«Foi algo surrealista, non entra na cabeza de ninguén». Así resume Luz Estévez la situación que vivió este martes por la noche en su negocio, en A Pobra. Sobre las 20.45 horas un cliente entró en su establecimiento y quiso pagar con su tarjeta, pero el TPV denegó la operación: «Dixo que probase outra vez e pasou o mesmo». Decidió marcharse, pero, 15 minutos después, cuando Luz ya estaba recogiendo para cerrar la verja, «volveu dicindo que na aplicación do banco aparecíalle o cobro». La propietaria del negocio relata que, una vez más, le indicó que no había cobrado nada, porque el pago se había denegado, pero «estaba moi nervioso».

Para intentar que entrara en razón, Luz llamó al número de teléfono que aparece en el terminal de cobro: «Falou cunha persoa que lle explicou que era un erro do banco. Pero nin así. Díxome que lle tiña que dar os cartos».

Forcejeo y destrozos

Estévez explica que, en ese momento, el hombre intentó meterse detrás del mostrador. Ella le plantó cara: «Estrañoume que quixera entrar, por iso repúxeme para que non o fixera. Pero empurroume e petei coas costas no estante de atrás, porque hai pouco espazo».

El forcejeo acabó con la pantalla protectora que Luz instaló para protegerse del covid en el suelo y el cristal roto en añicos, y con el hombre arrancando la caja registradora y saliendo por la puerta. En el interior había 150 euros en metálico, pero «os danos materiais son o que máis suman. A caixa vale entre 400 e 450 euros, a pantalla protectora 100 e a mercancía estragada uns 200 euros. Houbo que tirar con todo, porque xa non valía».

A la tienda de Luz acudió la Guardia Civil y también necesitó atención médica: «A denuncia é por asalto con violencia e hai parte de lesións». Además del dolor provocado por los golpes, la pobrense sufrió un ataque de ansiedad. «Eu creo que se lle cruzaron os cables, porque é un home que vén a comprar algunha vez e sempre paga coa tarxeta e nunca dixo unha palabra máis alta ca outra».

Primera vez

Luz Estévez afirma que en sus treinta años trabajando nunca vivió una situación igual: «Nunca me pasou algo así. Formouse un follón por unha tontería».

La pobrense agradece la colaboración de los vecinos, ya que cuando regresó del médico «axudáronme a retirar os produtos que xa non valían para nada». Ahora está sin pantalla protectora en su mostrador, «un cristal que levaba xa oito meses posto e que cando caeu menos que o fixo para o outro lado e non rompeu enriba de nós».

Otra consecuencia del suceso es tener que trabajar con una caja registradora que ella misma define como «do ano da polca» y que tenía guardada en el trastero.