El Nazareno y As Mortaxas se quedan sin procesión

Ramón Ares Noal
Moncho Ares RIBEIRA / LA VOZ

A POBRA DO CARAMIÑAL

Garantizar la seguridad es prácticamente imposible en la procesión
Garantizar la seguridad es prácticamente imposible en la procesión CARMELA QUEIJEIRO

No se tiene constancia de que el acto religioso más antiguo de Barbanza dejara de celebrarse en alguna ocasión

05 jun 2020 . Actualizado a las 20:05 h.

Dicen los feligreses de Santiago do Deán que la procesión del Nazareno siempre se celebró. Que ni lluvia, ni viento, ni ningún elemento logró que la venerada imagen de Cristo dejase de salir del templo parroquial para recorrer la villa señorial de A Pobra, muy al contrario, en tormentosos terceros domingos de septiembre, día que marca la tradición, se confabulaban los elementos para que, a la hora indicada, asomase al atrio la impresionante figura de Jesucristo torturado gracias a un cómplice rayo de sol o a una inesperada escampada, cosa que, claro está, se atribuye a las dotes milagreiras del santo.

Y uno, que ha cubierto la información de no menos de veinte procesiones, da fe de haber sido testigo de una en la que la pertinaz lluvia cesó a la hora en punto del comienzo del desfile, y regresó en forma de chuzos de punta una vez que el Nazareno estaba a buen recaudo en la iglesia que lo cobija.

Medidas de seguridad

Por eso no se tiene constancia de que el acto religioso más longevo de la comarca se haya suspendido en alguna ocasión, hasta este año, porque ni un milagro ha podido con las consecuencias de la crisis del coronavirus que ha obligado a la organización de las fiestas, cuyo peso recae en la figura de su presidente, José García Hermo, a tomar la decisión de no celebrarlas dada la dificultad de aplicar las medidas de seguridad para evitar la expansión del contagioso virus.

José García informó con pesar de un acuerdo que ya habían adoptado en las primeras semanas de la pandemia, pero no se comunicó a la espera de como se iban desarrollando los acontecimientos: «No estamos para fiestas. A las dificultades sanitarias hay que sumar las sentimentales: ¿Cómo podemos disfrutar de una verbena después de que se haya muerto tanta gente?», explica el presidente quien, no obstante, apunta que habrá misas, pero el aspecto más lúdico ya se ha descartado totalmente.

Cuestionado sobre si tiene constancia de que esto haya ocurrido en otra ocasión, asegura que el antiguo párroco don Nicolás Garrido, que falleció en el 2007 a los 89 años de edad, le dijo en una ocasión que en sus cuarenta años de apostolado en Santiago do Deán nunca había dejado de salir la procesión de As Mortaxas, que incluso en domingos de Nazareno de muy mal tiempo siempre se producía una tregua que aprovechaban para hacer el desfile.

El culto al Nazareno se pierde en los anales de la historia, pero hay quién lo sitúa en el siglo XIV. La tradición de desfilar con las cajas de los difuntos irrumpió en el siglo XV, cuando el alcalde mayor Juan de Linares, recuperado de una enfermedad mortal, quiso agradecer el milagro al santo perdonando la vida a unos reos a los que obligó a desfilar con sus ataúdes por la villa señorial.