Crónica de la odisea del Puebla

p. bretal RIBEIRA / LA VOZ

A POBRA DO CARAMIÑAL

PUEBLA CF

Los factores que explican la temporada de vértigo firmada por los de A Alta pasan por la unidad y por el compromiso del equipo

05 jun 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Para comprender las claves y la importancia de la gesta realizada por el Puebla de Anxo Casalderrey, que el domingo se convirtió en equipo de Preferente Norte tras derrotar al Carral, es necesario echar la vista atrás. Concretamente, al inicio de la temporada.

el comienzo

Dificultades para formar equipo. A principios de agosto del 2017, cuando la gran mayoría de los equipos iniciaban la pretemporada y presentaban fichajes, los pobrenses contaban con solo seis jugadores en su plantilla. «Mentiría si dijese que el objetivo era el ascenso, de ser así hubiéramos tenido entrenando a un equipo para ganar desde el día 1. Comenzamos la pretemporada a finales de mes», explicó Casalderrey, para indicar que después de que la mayoría de negociaciones que habían entablado no fuesen adelante, llegó la oportunidad de fichar a Changui. Así nació una plantilla que incorporaba un gran jugador, pero, al fin y al cabo, una plantilla muy justa.

la cohesión

Comprometer al vestuario. Los problemas que se arrastraban desde el inicio de la temporada también estuvieron marcadas por las ambiciones personales de cada jugador, un retrato fiel hasta la décima jornada. En este sentido, es Nelson Barreiro, presidente del club, el que confiesa la receta: «O traballo, o grupo unido e a insistencia do míster no esforzo por conseguir o obxectivo. Ese foi o segredo de Anxo, Miguel e Javi». Tras algunos apartes y conversaciones, se logró imponer la disciplina necesaria, punto que coincidió con la llegada de Álex Teira al bloque. A partir de la victoria frente al Bastavales, «el equipo empezó a creer, se fueron conociendo y asimilaron conceptos en los entrenamientos, de ese cóctel salió nuestra fortaleza», en palabras del técnico.

el salto

Una racha increíble. La incorporación de Teira fue esencial porque no solo aportó potencial en el medio campo, supuso la posibilidad de poder cambiar los perfiles de juego. «Antes dependíamos solo de Benogo, que es muy defensivo», indicó Casalderrey, cuya máxima es preparar el esquema de juego de cada partido según el adversario. Así fue como empezaron a encadenar una racha de 23 partidos sin perder, que solo pudo romper el Carral en el choque de ida de la promoción, tras aprovechar dos faltas y darle la vuelta al encuentro.

la promoción

El ave fénix. Hubo victorias determinantes para el Puebla, ante el Piloño o frente al Agolada en el partido aplazado por tormenta, pero «cuando el Unión derrotó al Flavia, supimos que la diosa Fortuna nos daba otra oportunidad». Y es que Casalderrey ya dirigía a un conjunto que había aprendido a interpretar el juego, en el que no era necesario que alzase la voz en el campo. No ganarían la liga, pero la ambición del elenco continuaba intacta. Tras el derbi que cerró el curso contra el Atlético Ribeira, quedaría medirse a un Montañeros caracterizado por el juego combinativo, a un Victoria de táctica similar al Puebla o al definitivo fútbol directo y aéreo del Carral.

El desenlace de cómo este ave fénix renació de sus cenizas para llegar a Preferente ya forma parte de la historia.