Fallece Maruja Villa, esposa de Severino, uno de los fundadores de la saga conservera Escurís

La Voz RIBEIRA

BARBANZA

LA VOZ

La pobrense murió a los 97 años después de pasar por una corta enfermedad

01 oct 2024 . Actualizado a las 20:20 h.

María Villa Millán, esposa de Severino Escurís Batalla, falleció este lunes a los 97 años de edad tras una corta enfermedad que apagó su aliento después de toda una vida dedicada en cuerpo y alma a los suyos. Conocida como Maruja por sus más allegados, los que la conocieron sintetizan su descripción en dos palabras: esposa y madre en una familia que ha tenido una gran influencia en A Pobra desde mediados del siglo XX hasta la actualidad.

Como cónyuge, acompañó a Severino Escurís en su larga trayectoria empresarial. María Villa estuvo presente en alguno de los mayores éxitos de su compañero de vida, entre los que destacan la Medalla de Oro del Trabajo, otorgada por el Gobierno central; de la Cámara de Comercio de Santiago o de los empresarios de A Pobra, entre otros.

Desde que Manuel Escurís López puso la primera piedra a la saga conservera Escurís en los años cuarenta, Severino se mantuvo a su lado hasta su fallecimiento, para luego ocupar la presidencia de la compañía hasta su jubilación. Durante todos esos años de actividad, su esposa María Villa se erigió como su principal apoyo y foco de tranquilidad entre el ajetreo empresarial.

Tras su retiro, fundó Actemsa, primera firma en asentarse en el parque industrial de A Tomada. A su despacho en la sede de la atunera sigue acudiendo en la actualidad, a sus 99 años.

Como madre, María Villa dio cinco hijos a la familia. Uno de ellos, Francisco, falleció en los años ochenta. Los otros cuatro, continúan en Actemsa como consejeros. Jose Luís, conocido como Lucho Escurís, se mantiene al frente de la empresa junto a su hermano Severino. Por su parte, Juan Carlos y María Jesús ejercen como arquitecto técnico y profesora, respectivamente.

Allegados apuntan que su madre se caracterizaba por su carácter apacible y su bondad, actuando siempre a favor de su familia. Severino y María siempre quisieron vivir de su trabajo en A Pobra, de donde nunca quisieron marcharse. Ochenta años de vida familiar han visto pasar a tres generaciones de la dinastía. Muchos de ellos fueron miembros estrechamente ligados a Escurís y Actemsa, compañías que ahora se tiñen de luto y pesar por la pérdida de Maruja.