Azul de Portosín se vistió de gala en la presentación de las primeras conservas con su marca

Ana Lorenzo Fernández
Ana Lorenzo RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

La celebración incluyó la elaboración de varios platos con xarda, anchoa o jurel a cargo de los chefs André Arzúa y Miguel Mosteiro

08 jul 2024 . Actualizado a las 11:29 h.

Una de las asignaturas pendientes de Azul de Portosín era sacar al mercado conservas con su propia marca, un proyecto que se ha hecho realidad y que fue presentado ayer. De la elaboración se encargará la empresa Sotavento, que las envasará en lata.

Los primeros en poder degustar las nuevas especialidades enlatadas fueron los participantes en la exaltación que celebrada en este núcleo sonense y que contó, entre otros, con la asistencia del conselleiro do Mar, Alfonso Villares; del alcalde del municipio, Luis Oujo, y del patrón mayor, Isaac Gaciño. Este último explicó que la degustación fue todo un éxito y que se pudieron saborear dos propuestas: filetes de sardina en aceite de oliva virgen picante o ahumada. La segunda causó sensación «e moita xente xa quería mercalas, pero aínda non están comercializadas», aclaró.

Otra de las actividades que congregó a más espectadores fue el showcooking protagonizado por los chefs André Arzúa y Miguel Mosteiro, que prepararon varios platos en los que el ingrediente principal eran los pescados azules de esta marca: anchoa, xarda, sardina y jurel. Estos últimos también pudieron saborearse en las empanadas que prepararon en las panaderías Piñeiro y Rivera, y que se agotaron con rapidez.

 Junto a la parte más gastronómica de esta gran fiesta de la marca Azul de Portosín, el acto también tuvo varios momentos emotivos; ya que, por una parte, sirvió para reconocer el gran esfuerzo de varias rederas del municipio que ya han guardado la aguja después de muchas décadas tejiendo.

Además, la jornada sirvió para presentar una exposición de fotografías y el documental aMAR. «Foi enternecedor, a xente riu e chorou, porque é unha historia contada en primeira persoa polos armadores de Portosín que falan do seu traballo e de como se produce o relevo cos seus fillos. O vin tres veces e as tres chorei», confesó el patrón mayor.