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23 jun 2024 . Actualizado a las 20:35 h.Si alguien se pregunta qué puede llevar a una persona a calzarse unas zapatillas para emprender la aventura de recorrer 100 kilómetros por el monte durante 24 horas, lo entenderá si la espera la meta. El punto final de la novena edición de Os 100 dos International Trekkers do Barbanza estaba en el pabellón de Rianxo, y allí se vivía este domingo una amalgama de emociones en la que, por encima de todo, sobresalían las historias de superación personal de los 201 participantes que lograron completar el recorrido. Y de los que no, también. Porque en este caso, de verdad, lo que importa es participar, y no gana el primero que llega.
«Os que teñen máis mérito son os que tardan 24 horas, non os que a facemos en 14 ou 15, son 24 horas andando e sufrindo, xente que igual é a primeira vez que fai unha proba destas. A primeira vez é a máis emocionante, entras case con lágrimas», contaba Víctor a las puertas del pabellón de Rianxo mientras aplaudía la llegada de un participante que se abrazaba a sus hijas visiblemente emocionando por haber logrado alcanzar la meta. Víctor hace rato que llegó, está curtido en mil batallas como la de Os 100 do Barbanza porque este año lleva ya seis pruebas de 100 kilómetros en sus piernas.
Loli, de 66 años, es su compañera de fatigas en casi todos esos trails. Se conocieron en una caminata y ahora forman tándem casi siempre. Nadie diría al verla que lleva más de 24 horas sin dormir y que buena parte de ellas se las ha pasado caminando: «Aquí non vimos a sufrir, vimos a pasalo ben. Ás veces tes que facer un pouco de meditación para esquecerte do que estás facendo, iso si», cuenta riendo, y señala que la de Barbanza es la quinta prueba de 100 kilómetros que hace este año, y espera participar en otras tres.
Trazado exigente
Roberto Iglesias es también un experimentado atleta que solo tiene buenas palabras para la organización: «O ambiente nesta proba é magnífico e iso é mérito dos organizadores e voluntarios». Repetirá seguro y, en un futuro, espera hacer la prueba con su hija. A pesar de que el trazado fue muy duro, «é medicinal. Acabamos todos mellor do que empezamos, psicoloxicamente saímos cun subidón. O tema aquí é superar o reto persoal, todo o mundo cruza a meta alegre».
Y al llegar, los aplausos están garantizados, aunque este domingo, la mayor ovación fue para José do Pazo, el participante de mayor edad a sus 78 años, y su mujer Amalia Otero, de 71. Completaron el recorrido y les sobró media hora.
Aunque en Os 100 do Barbanza el resultado es lo de menos y el mérito es llegar, merece una mención especial la titánica carreta del primero en cruzar la meta. Eduardo Fabeiro rebajó el tiempo estimado por la organización parando el crono en 10 horas y 28 minutos. La primera mujer en acabar fue, por segundo año consecutivo, Lucía López, en 15 horas y 9 minutos.
Y es que un porcentaje muy alto de los participantes repite experiencia una vez que prueba: «É case coma unha droga».