
Una mariscadora de Cabo de Cruz ganaba 2.000 euros al mes en el 2004, el doble que un profesor de secundaria
18 mar 2024 . Actualizado a las 05:00 h.Una mariscadora de Cabo de Cruz ganaba 2.000 euros al mes en el 2004, el doble que un profesor de secundaria. Desde ese año han caído un 37 % las capturas; el volumen de precios un 26 %; y el consumo de las familias se ha reducido a la mitad. Estos datos alarmantes debían preocupar a las cofradías y a las Administraciones: reducción de la oferta de productos del mar y de la flota, menor número de pescadores y mariscadores, y cerca de un 40 % menos de capturas.
Esta situación pone en cuestión el mantenimiento de la pesca como actividad económica. Se echa de menos un comité científico, un plan de medidas urgentes, una nueva ley de protección de los recursos, así como una evaluación sobre las corrientes marinas de la ría y el impacto que sobre ellas tiene un sobre exceso de bateas y la construcción de infinitas rampas, muelles varaderos y club náuticos, que desde el Miño hasta Eo han desviado las corrientes y han impedido la mezcla natural de agua dulce y salada.
Porque, ¿qué se hace en el centro de Vilaxoán? Es un misterio. Tampoco se entiende como después de 40 años el Instituto Oceanográfico se preocupa de todo menos de la situación del fitoplancton y la edafología de la pesca gallega. Las cofradías cada vez son más el brazo armado de la Consellería do Mar que defensoras del sector, en vez de luchar por las causas buscan culpables, algo típico de cuando has dejado de ser profesional y te conviertes en político. Temporales, mortandad del marisco, la guerra de Ucrania y la de Gaza pero, sobre todo, el number one: Bruselas negándose a ver la realidad. Es un modo como otro cualquiera para morir de éxito.