Paca, la perra que sobrevivió tras cinco días atrapada en un lazo de acero en el monte

María Xosé Blanco Giráldez
m. x. blanco RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

MARCOS CREO

Pese a estar prohibidas, las trampas para animales son habituales en los montes de Barbanza

13 feb 2024 . Actualizado a las 21:02 h.

Un suceso ocurrido hace unos días en la parroquia ribeirense de Olveira desenterró una vieja amenaza: la existencia de cepos y lazos en los montes de Barbanza. Una perra, Paca, pasó cinco días prisionera en una de estas trampas, período tras el cual regresó a casa agonizando, con los hierros clavados en el cuello y medio muerta de hambre. Ella se salvó, pero hay quien atribuye a la existencia de estas trampas prohibidas las desapariciones de animales que se han producido recientemente en la zona. La cuestión preocupa especialmente a las protectoras y a los senderistas.

Paca desapareció un domingo por la mañana de forma misteriosa de su casa de Olveira: «Saltou o muro da horta, como tiña feito outras moitas veces, pero o normal era que quedara pola contorna e regresara en menos de media hora», explica la propietaria, Amparo Fernández. Pero aquel día, el animal no volvió. Ya la misma noche, su dueña alertó de lo ocurrido a la Policía Local de Ribeira y emprendió una campaña para dar con el can: «Desconfiei de que alguén a levara, porque non era a súa forma de actuar habitual. Estaba segura de que algo malo lle pasara».

Tras largos días de incertidumbre, Paca llegó a casa el jueves siguiente, esquelética y con graves heridas en el cuello y el abdomen: «Tiña os lazos enterrados na carne de tanto esforzo que debeu facer para soltarse. Doulle a vida que a trampa a enganchou polas dúas partes do corpo, porque se queda présa só polo pescozo seguro que acabaría aforcándose», comenta Amparo Fernández.

Ella no sabe lo que ocurrió ese jueves, en las horas previas a que Paca volviera a casa, pero tiene claro que alguien intervino en la salvación de su perra: «Ela soa non se puido soltar, ademais víase que o lazo fora cortado. Non sei se alguén que viu á cadela decidiu liberala ou se foi a mesma persoa que puxo a trampa a que a soltou cando acudiu ao lugar para comprobar se conseguira atrapar o seu obxectivo».

Animales desaparecidos

Amparo Fernández está convencida de que el suyo no es el primer animal que queda atrapado en uno de estos artefactos que están prohibidos: «Na zona de Olveira desapareceron varios cans ultimamente e estou segura de que non tiveron a mesma sorte que a miña. Se quen pon as trampas atopa un animal xa morto entérrao ou tírao por aí e listo».

Es de la misma opinión María del Carmen Campaña, la responsable de la protectora Los Olvidados de la Perrera de Ribeira. Asegura que el año pasado dieron la voz de alarma desde Artes sobre la existencia de cepos. Añade que hubo varias desapariciones misteriosas de perros en la zona, que la entidad ayudó a difundir, y teme que estas trampas pueden ser las culpables.

Nada más conocer el desenlace de la historia de Paca, la protectora se puso en contacto con el Servizo de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil, Seprona, para ponerlo al corriente de lo sucedido. «Son mecanismos que están prohibidos e, polo tanto, teñen que tratar de atopar aos culpables e que asuman as consecuencias», denunció Campaña.

Ella sabe que el objetivo de los cepos y lazos no son los perros, pero apunta que es evidente que pueden acabar siendo las víctimas. Incluso va más allá y señala que la próxima vez puede ser una persona la que sufra las consecuencias de estas trampas: «Hai moita xente que sae a camiñar polo monte e non está libre de pisar unha trampa destas».

También varios aficionados al senderismo mostraron su preocupación ante el terrible suceso que casi le cuesta la vida a la perra Paca.

 

Lobos y jabalíes son los objetivos habituales de unos dispositivos de uso bastante común

Pese a que están prohibidos, los cepos y lazos son de uso común en Barbanza: «Lévanse poñendo toda a vida». Lo dicen investigadores que se enfrentan a denuncias por el uso de estas trampas de forma periódica. Es complicado señalar un culpable, pero las mismas fuentes apuntan en dos direcciones: «Depende de onde estean ou son para un tipo de animal ou para outro. Se están no alto da serra, cerca dos peches das vacas, son para lobo ou lobicán. Se están en fincas de agricultura, o normal é que sexan para o xabaril».

Los investigadores constatan la existencia en Barbanza de denuncias interpuestas por propietarios de perros que fueron víctimas de estas trampas y cuyos dueños descubrieron días después la envergadura de las lesiones, llegando incluso a causarles la muerte. «Son métodos totalmente ilegais. Un lazo non é tan poderoso como un cepo, pero ao final os animais quedan atrapados e morren ou polas feridas ou de fame», afirma un agente.

Inadmisible

Como cualquier otra actuación que implique traspasar las fronteras de la ley vigente, la colocación de cepos y lazos es totalmente inadmisible. Pero la ilegalidad cobra especial relevancia cuando estas trampas son instaladas cerca de viviendas en las que pueden residir niños. ¿Qué sucedería si en vez de la perra Paca fuera un chiquillo el que quedara atrapado en el lazo? Quizás un adulto encontrar la forma de liberarse, ¿pero conseguiría zafarse un menor? La respuesta a la pregunta asusta.