La sardina no moja el pan y cotiza a la baja en Barbanza a tres semanas de San Xoán

María Xosé Blanco Giráldez
m. x. blanco RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

CARMELA QUEIJEIRO

El tamaño irregular de los ejemplares y la escasez de grasa en la parrilla, las principales causas del reducido precio que está alcanzando la especie en las lonjas

04 jun 2023 . Actualizado a las 13:49 h.

El arranque de la campaña de la sardina, a finales de marzo, confirmaba la recuperación de la especie en las costas gallegas, pero ya entonces, los marineros se mostraban preocupados por el precio. Ahora, a tres semanas del San Xoán, el pescado por excelencia de las parrilladas veraniegas sigue cotizando a la baja en Barbanza. Son varios los factores que determinan el valor que puede alcanzar este producto en las lonjas de la comarca. Desde el sector pesquero apuntan hacia el tamaño irregular de las capturas, mientras que en las plazas de abastos atribuyen la escasa demanda a que la sardina todavía no está en su punto óptimo.

Aunque hubo pequeñas cantidades de ejemplares de mayor tamaño que a lo largo de estos dos últimos meses alcanzaron buenas cotizaciones, llegando a 6,70 euros en la lonja de Ribeira, a 3 en Rianxo y a 2 en Portosín, lo cierto es que el precio medio se mantuvo en todas las rulas de la comarca por debajo del euro, el límite que los armadores consideraban adecuado al comienzo de la campaña para que las jornadas de trabajo resultaran rentables. En la lonja ribeirense, la cotización media está rondando los 90 céntimos, mientras que en Muros y Portosín apenas supera los 0,60.

Estas cotizaciones deberían incitar la compra de sardina por parte de los placeros barbanzanos, pero lo cierto es que son pocos los que se han animado a ofrecer este pescado a sus clientes. «Hai un par de semanas tróuxenas para probar e estaban secas. Esta semana repetín un día, pero a xente nos as pide», explicaba una vendedora de Porto do Son. Añadía que los usuarios del recinto comentan que, de momento, sirven para cocinar en la sartén o a la plancha, pero que para la parrilla, «din que aínda non teñen a graxa suficiente».

En términos similares se manifestaban algunos placeros del mercado de Ribeira, donde ayer eran contados los puestos que ofrecían la especie por excelencia del San Xoán. «Aínda no me animei a probar este ano, supoño que me estrearei para a semana. A verdade é que a xente non está reclamando sardiña», declaraba una vendedora.

Quienes han probado ya este manjar, cuyo precio en las plazas de abastos de la comarca se sitúa en torno a los cinco euros el kilo, inciden en esa misma cuestión: «Algún exemplar sálvase, pero a sardiña aínda non molla o pan». Y tarda en hacerlo, puesto que tanto placeros como clientes y pescadores sostienen que el año pasado por estas fechas, el producto ya estaba en su punto.

 Sin demanda de las fábricas

En la lonja de Ribeira, el principal punto de venta de sardina de Barbanza, apuntan hacia el tamaño de los ejemplares como la posible causa de ese desajuste: «Captúrase moita e ven mesturada, a grande trae moito medianillo e véndese todo xunto». La sardina es una especie difícil de seleccionar, por la rapidez con la que hay que ponerla a la venta en las lonjas y porque manipularla puede ser perjudicial.

También está provocando que la cotización de la sardina no acabe de despegar la falta de demanda por parte de las fábricas. Tanto desde la rula ribeirense como desde la cofradía de Portosín señalaron que la industria todavía no ha empezado a comprar este producto, puede que por el hecho de que no haya alcanzado aún su estado óptimo.

Todos confían en que la tendencia se revierta en cuestión de días, a medida que se acerque el día de San Xoán. De hecho, el patrón mayor de Portosín, Isaac Gaciño, señalaba ayer que parece que poco a poco los precios repuntan y la calidad mejora: «Hai quen di que empezan a estar tremendas».

 

Subastados mil kilos, que han permitido facturar 800.000 euros

Desde que arrancó la actual campaña de la sardina, que este año se adelantó debido a la recuperación de la especie, en las lonjas de Barbanza se han subastado mil toneladas que, traducidos a euros, han supuesto una facturación por encima de los 800.000 euros. Todo indica que en los próximos días, estas cifras se dispararán.

En este sentido, el patrón mayor de Portosín, Isaac Gaciño, explicaba que en esta localidad solo son media docena los barcos que están participando de momento en la campaña de la sardina. Está previsto que en la semana del 12 se incorporen los buques de mayor tamaño que actualmente están en el País Vasco, capturando anchoa.

En la rula de la localidad sonense se han comercializado hasta la fecha unos 28.000 kilos de sardina, cantidad que se ha traducido en 23.000 euros. En Ribeira se han vendido 700.000 kilos, que han permitido a la lonja facturar 700.000 euros. En Muros, los 28.000 kilos de sardina descargados han reportado 23.000 euros y en Rianxo se han subastado 3.500 kilos, por los que se han ingresado 7.000 euros.

Alternativas

El olor de las sardinas cocinándose sobre una parrilla es sinónimo de verano. El sol y el calor se han adelantado este año en Barbanza, pero parece que la sardina tiene su propio reloj biológico, porque quienes la han probado coinciden en señalar que todavía no está en su mejor momento. Por fortuna, aunque la mejor forma de prepararlo es a la brasa, este pescado ofrece otras posibilidades, como la sartén o la plancha con un chorro de aceite. Y así ya se pueden comer.