Maikon Lapa, exfutbolista y luchador: «En un partido recibí insultos racistas, escupitajos y patadas y el árbitro me dijo que aguantase o pidiese el cambio»

Francisco Brea
Fran Brea RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

Maikon Lapa formó parte de la selección española en el último mundial de kenpo.
Maikon Lapa formó parte de la selección española en el último mundial de kenpo. DANI GESTOSO

Cambió el césped por el tatami y asegura que ahora practica un deporte en el que no hay esa agresividad: «Todos los domingos me decían cosas como que volviese a mi país»

28 may 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Maikon Lapa salió de su Brasil natal con 15 años rumbo a Portugal. Allí jugó al fútbol y vino a España «engañado», asegura, tras firmar un contrato. Pensaba que recalaría en un filial del Deportivo y acabó en el Palmeira. Así llegó a Barbanza, donde militó en diferentes equipos de la comarca hasta que colgó las botas y se introdujo en las artes marciales.

Él, como muchos otros, por desgracia tuvo que sufrir episodios racistas: «Todos los domingos me decían cosas como que me volviese a mi país, me llamaban mono o Kameni y me insultaban por el color de mi piel. En un partido hasta intentaron invadir el campo para pegarme».

Haciendo memoria, a Maikon le viene a la mente un encuentro en concreto: «Nuestro centrocampista disputó un balón aéreo con un central del equipo contrario y debido al choque, mi compañero quedó en el suelo. Pero al peinar el balón hizo que yo me quedase solo delante del portero. Lo regateé y marqué, aunque los rivales querían que tirase el balón fuera. Yo estaba solo, el jugador en el suelo era nuestro y el árbitro no paró el partido, lo dejó seguir. Recibí insultos racistas, escupitajos y patadas y le dije al árbitro si no veía lo que estaba pasando, a lo que me contestó que si no aguantaba que pidiese el cambio».

Más recientemente, participando en grupo en un maratón volvió a sufrir una situación desagradable. Asegura que «a un compañero le llamaron mono. Es alto y fuerte y quiso encararse pero lo paramos. Aun por encima la organización nos quería echar. Quedamos nosotros como folloneros y el que insultó se fue de rositas. Es muy triste, pero pasa».

Inaceptable

Haciendo referencia a lo que le sucedió a Vinicius en Mestalla, Maikon Lapa dice que es «inaceptable. El árbitro tendría que haber parado el partido y que se sancionase al club. Dar donde duele, porque así seguro que tomaba medidas para que esa gente no volviese a entrar al estadio».

Incluso recuerda momento desagradables fuera de los campos: «Cuando llegué pasó un coche tuneado y me quedé mirando, porque en Brasil no había. Me dijeron cosas, cuchillo en mano, como ‘este es mi barrio' y ‘no te queremos aquí'». En este sentido, apunta que hay un problema social y de educación. Le molesta especialmente que suceda aquí, «porque mucha gente tuvo que emigrar o tiene familiares que se vieron obligados a hacerlo».

Maikon hace años que dejó el fútbol. Es más, afirma que lo amó pero que ya ni ve los partidos. Ahora se dedica a las artes marciales y le va muy bien, logrando éxitos en campeonatos tanto nacionales como internacionales.

«En los deportes de tatami no hay para nada esa agresividad. Incluso niños que pueden ser problemáticos en casa, en el deporte respetan. En las artes marciales se saluda al resto, si otro te supera le das la enhorabuena y vuelves a entrenar para mejorar. Usamos kimonos para ser todos iguales, cuando en el fútbol ya en los entrenamientos se crean separaciones porque unos llevan ropa y botas de marca y otros no», comenta Lapa.

«El mundo es racista, mi país el que más. El racismo nunca dejó de existir. Además, aquí, depende de donde vengas el trato es diferente», lamenta.