Dani Davila, el joven de los mil trabajos: «Tengo cinco negocios para mantenerme todo el año a flote»

Laura Ríos
Laura Ríos RIBEIRA

BARBANZA

CARMELA QUEIJEIRO

El ribeirense ha emprendido nueve veces en sus cortos 30 años de vida y no descarta empezar nuevas aventuras empresariales pronto

22 may 2023 . Actualizado a las 20:50 h.

Media vida trabajando. Esta frase no es difícil de escuchar cuando de trata de personas de 50 o 60 años, pero sí sorprende al oírla salir de los labios de Daniel Davila, un ribeirense que aunque apenas ha alcanzado la treintena, ya ha emprendido nueve veces y regenta en la actualidad un puesto para coger patos, otro de mojitos, un tercero de rosquillas, uno de juguetes y chucherías y otro de venta de productos, que monta cuatro días a la semana en los diferentes mercadillos de Barbanza. Aún con todos estos negocios en marcha, no descarta poner a andar alguno más pronto: «Quedan más sorpresas por llegar, yo no paro aquí».

Su historia comienza como la de muchos otros, casi por casualidad. Cuando tenía 15 años, Davila acompañó a unos amigos a vender flores, y ahí se dio cuenta de que quizás tenía un don para tratar con el público: «Soy capaz de despachar cualquier cosa, desde plantas hasta sartenes, toallas o lo que haga falta».

Lo que más sorprende de su día a día no es el vaivén entre diferentes labores, sino como hace equilibrios entre la falta de descanso y el agotamiento para cumplir su sueño, seguir viviendo de ser feriante. «Por mí como si son 50 horas trabajando, yo puedo ir por la mañana a un mercadillo, por la tarde a vender rosquillas y por la noche a poner mojitos y pasarme así los meses de verano», declara.

Su espíritu trabajador y aventurero lo ha llevado a emprender hasta nueve veces con algunos negocios como el chiringuito de helados que tuvo un año. Según él «aquello no salió bien porque dependes del tiempo y fue un verano horrible, al final o vendes lo que tienes o te lo comes tú».

La estacionalidad es algo que define la vida del barbanzano, que durante meses va combinando diferentes fuentes de ingresos con los que llevar una vida digna: «Quien piense que con esto te haces rico se equivoca, yo, en mi caso, tengo cinco negocios para mantenerme todo el año a flote».

Además de las extenuantes jornadas de trabajo, los diferentes puestos que regenta Davila tienen cargas y responsabilidades añadidas, como gestionar el seguro de todos los remolques, pagar la seguridad social, pedir permisos en los ayuntamientos o comprar un solar en el que poder guardar los puestos mientras no los utiliza: «Tengo una finca en Carreira en la que aparco todos los que tengo, los vecinos flipan porque cada semana ven algo nuevo».

Papel indispensable

Todos estos cambios le permiten estar presente en todas las fiestas y romerías, eso si, trabajando de sol a sol. «A veces es duro porque tú curras mientras el resto se divierte, pero sin los feriantes no habría celebraciones, nosotros necesitamos a la gente y la gente a nosotros».

Asegura que su basta experiencia le ha dejado vivencias como para escribir un libro, «o una Biblia, que es mucho más larga», apostilla. El barbanzano recuerda algunas anécdotas que lo han marcado como profesional, como cuando un camión arrolló sin querer el puesto de rosquillas que había puesto en Santa Rita o las veces que ha tenido que ir detrás de algún ladronzuelo que quería marcharse sin pagar. Aún así, considera que la mejor parte de su trabajo es tratar con la gente y saber que tiene amigos y conocidos por todas partes.