El rianxeiro compaginó elaborar su tesis con disputar la categoría de oro del voleibol nacional
15 may 2023 . Actualizado a las 05:00 h.Una de las mayores cruzadas de cualquier entrenador de categorías inferiores, sea del deporte que sea, es combatir contra la típica frase: «Hoy no puedo ir a entrenar, tengo que estudiar». La historia de Mario Iglesias (Rianxo, 1986) demuestra que ese tipo de excusas solo son un lastre para los resultados. Jugador del Rotogal Boiro, entrenador personal y, desde hace unos días, doctor, el rianxeiro ha luchado contra las dificultades a base de trabajo duro por sus dos pasiones: el voleibol y la investigación.
«Nunca é tarde. Hai unha cousa clara, mentres sigas con intención de mellorar, estás onde tes que estar», explica Iglesias con la seguridad de ser el fiel reflejo de sus palabras. Después de debutar en el equipo de su localidad y tras una carrera de más de dos décadas en el voleibol, el de Rianxo alcanzó la máxima categoría en el Rotogal Boiro en el 2020 con nada más y nada menos que 35 años: «O de xogar na elite pensábao máis cando era mozo. Despois fun madurando e cría que tiñamos equipo para subir, pero víao secundario. O día que chegamos propuxémonos vivir o momento e competir».
El desarrollo deportivo de Mario Iglesias vino de la mano con su ascenso académico. Su amor por el deporte le llevó a formarse en el ciclo de Tafad (técnico superior en animación y actividades físico deportivas), continuar su camino en el grado de INEF y, no contento con eso, embarcarse en dos másters antes de lanzarse a la aventura del doctorado. Un ascenso meteórico no exento de quebraderos de cabeza, y más aún con la exigencia del voleibol asomando: «Cando estaba coa tese doutoral tiña unha rutina que se dividía en oito horas de traballo, dar clase na universidade, desenvolver unha investigación e adestrar. Ao final iso significaba levar o ordenador ás viaxes, andar apurado, durmir pouco e chegar ao adestramento pensando na tese, e viceversa».
Un binomio necesario
A raíz de su afán de crecimiento personal, Mario Iglesias convive desde hace años con el deporte y los estudios de la mano. Ambos aspectos requieren de una disciplina y un temple que para el rianxeiro son totalmente indispensables: «Eu sempre digo que a vida resúmese no deporte. No día a día perdes, recibes negativas e acumulas fracasos. No deporte pasa exactamente o mesmo, ao igual que na investigación, lévanse moitos paus».
Fiabilidad de la medida y determinación de la asimetría lateral en jugadores de voleibol bien entrenados es el título de la tesis doctoral de Mario Iglesias, una investigación con un resultado más que positivo, pero tras la que ha llegado el momento de decidir. Con el Rotogal Boiro preparando la plantilla que competirá la próxima temporada en la categoría de plata del voleibol nacional, el central deberá tomar una determinación sobre su continuidad en el equipo.
«Hai unha conversación pendente co novo adestrador que teremos nos próximos días. A verdade é que aínda sigo a mil. Teño clases, curro e algún novo proxecto. Por agora non sei que vou facer», explica Iglesias dejando entrever que el gusanillo por la competición permanece en su interior.
Con una envidiable trayectoria a nivel deportivo y académico, los objetivos y posibilidades se abren de par en para el rianxeiro. Ganar horas de docencia o mejorar como profesional en su día a día como entrenador y readaptador son algunos de los de los retos que contempla, aunque hay uno que con el paso del tiempo ha ganado un enorme valor para él: disfrutar.
«Veño dun momento de tanto ritmo que me apetece apreciar as cousas. Vou nun ritmo no que non me da tempo a pararme e gozar do realizado. Gústame coñecer e saber, así que o obxectivo e seguir aprendendo», sentencia.
El mejor momento
Mario Iglesias ha tenido grandes momentos en su carrera, pero de tener que quedarse con uno este sería el de los cuartos de final de la Copa del Rey contra Unicaja Almería. En ese encuentro, el Rotogal estuvo a un paso de tumbar a uno de los equipos más laureados de la historia de España, aunque acabó perdiendo 3-2.