Un alquiler social lo libró de un desahucio: «Tiña a sensación de que afogaba»

Laura Ríos
Laura Ríos RIBEIRA

BARBANZA

LAURA RÍOS

Un ribeirense relata la angustia de vivir pensando que le iban a quitar la casa

05 may 2023 . Actualizado a las 10:35 h.

Tic tac, tic tac. La vida con un enorme reloj sonando en los oídos no es fácil. Se hace enormemente doloroso enfrentarse a la cruda realidad: el lugar que una vez significó hogar para una familia, pronto podría pasar a ser una propiedad en venta en manos de un banco. Otra de las miles de casas cerradas que ocupan ciudades de todo el país, mientras muchas personas se ven en la calle o abocadas a vivir con sus parientes.

Eso fue lo que le ocurrió a 11.556 españoles durante el 2022 según los datos que maneja el Instituto Nacional de Estadística. Y aunque supone una importante bajada desde los años más duros de la recesión económica —en el 2014 fueron ejecutados 32.880 desalojos—, no es un consuelo para quien lo vive en primera persona.

Lo sabe bien la familia de Martiño Losada (nombre ficticio), que estuvo a las puertas de quedarse en la calle hasta que, con la ayuda de la plataforma Stop Desahucios, pudo acceder a un alquiler reducido con el Fondo Social de Vivienda del Banco Santander.

El barbanzano explica que la separación de sus padres y una mala situación económica llevaron a que empezaran a acumularse las facturas de la hipoteca. «Eu non era o responsable de pagala porque era un rapaz e co divorcio pensei que se arranxara ese tema», manifiesta. Pero no era así, y un tsunami emocional arrolló casi de repente la realidad del ribeirense cuando conoció el crudo escenario en el que se encontraba su familia: «Tiña a sensación de que afogaba».

Red de apoyo

Para él, el apoyo de los seres queridos fue crucial para salir adelante, aunque también le hizo abrir los ojos y ver en quién había confiado hasta ahora: «Tiven apoio de todos os lados, pero dinme conta a quen tiña, a quen non, e a quen nunca tiven».

El posible desahucio no solo golpeó al joven ribeirense, sino que también trastocó la vida de sus hermanos pequeños. «Somos tres, e claro que lles afectou, tampouco sabían como reaccionar», declara con sinceridad.-

El alquiler social concedido por la Unión de Créditos Inmobiliarios del Santander a esta familia de Ribeira no solo permite que puedan hacer frente al pago del piso, sino que abre un abanico de posibilidades entre las que se encuentra el poder adquirir de nuevo una propiedad a través de un trato con el banco. «O de recomprala habería que negocialo e pensalo coa cabeza fría, non sei nun futuro», confiesa.

A pesar de llevar más de 15 años viviendo en la casa por la que tanto han peleado él y su familia, para Losada lo más importante del hogar no es donde está o los lujos con los que cuenta, sino con quien se comparte. «A conexión témola entre os tres irmáns, sen nós isto son catro ladrillos», afirma.

El barbanzano, que por su edad es el único que puede traer un sueldo a casa, explica que cuando se vio con el agua al cuello pidió ayuda a Stop Desahucios, «e non me supuxo vergoña nin corte ningún, xa que podería pasarlle a calquera». Igualmente, añade: «Sen eles isto non sería posible, estarémoslles agradecidos por sempre».

Sobre la nueva ley de vivienda aprobada el pasado 27 de abril en el Congreso de los Diputados, el ribeirense se muestra conforme con algunas de las medidas implementadas, aunque piensa que debería ser más contundente con los precios abusivos de algunos inmuebles: «Non só deberían baixalos, deberían regular os alugueiros».