De Porto do Son a Escocia y todo por la microbiología

Carlos Peralta
C. Peralta RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

CEDIDA

Pablo Vila logró financiación para hacer sus prácticas del máster en el prestigioso instituto Roslin

17 abr 2023 . Actualizado a las 09:21 h.

Escocia y Galicia comparten un buen pedazo de historia común. Un legado musical, artístico, marinero y mucho más que ha podido comprobar, de primera mano, un gallego en Edimburgo. Pablo Vila (Porto do Son, 2000) volvió este fin de semana a Barbanza tras un mes en la capital escocesa. No fue de vacaciones. El sonense se encuentra inmerso en el Máster Interuniversitario en Genética y Genómica de la USC y la UVigo. Cuando comenzó esta formación no esperaba realizar la parte práctica a 1.500 kilómetros al norte de Galicia, en el prestigioso instituto Roslin.

Para llegar a esta experiencia Pablo Vila pulió al detalle sus conocimientos. En su etapa en el instituto de Porto do Son tenía claro que quería estudiar Química, pero al ver su nota final —notablemente superior a la requerida para este grado— vivió una ligera catarsis. «Podía elegir sin estar condicionado. Cuando vi la nota, mi cabeza cambió el chip totalmente y pensé: ¿Por qué no hago Biología?», recuerda Vila.

En Santiago se interesó por varias ramas del grado. Hasta que se topó con una especialización que, de momento, define su trayectoria. El sonense puso el punto de mira en la microbiología y la genética. «Desde el primer momento sentí curiosidad», señala. Sus prácticas de la carrera y la elaboración de su Trabajo de Fin de Grado confirmaron su pálpito.

Pablo Vila pasó varios meses en el Instituto de Acuicultura de Santiago como técnico de laboratorio en prácticas. «Estaba en un ala del centro que se centra en patologías bacterianas en acuicultura. Hacen controles sanitarios de sus presas y comprueban que, en lo referente a bacterias, esté todo correcto. Este proceso se realiza mediante controles bioquímicos y con la visualización de las muestras que sacan de los peces», relata. Esta estancia no hizo más que confirmar que había tomado el camino correcto. Su TFG trató sobre la incidencia de dos virus, el sapovirus y el norovirus —«básicamente los que generan gastroenteritis», resume Vila— en las aguas fecales de Santiago. Uno de sus cotutores fue el profesor David Polo. Él le aconsejó solicitar una beca de investigación que, finalmente, le fue concedida. Durante el máster quedó fascinado por los métodos de investigación y el uso de la tecnología que les enseñó Diego Robledo, jefe de equipo en el instituto Roslin. Pablo planteó a los responsables de su máter hacer sus prácticas en Edimburgo. Todo el mundo estaba de acuerdo, pero necesitaba financiación. Cuando recibió la beca, se abrieron todas las puertas de golpe.

Su estancia ha sido un cúmulo de aprendizajes a nivel profesional y, cómo no, vital. «Estoy desarrollando una parte más bioinformática por lo que paso bastantes horas en el ordenador preparando programas para analizar datos de secuenciación», resume Pablo Vila, que ya ha cerrado un capítulo que empezó con un sabor agridulce.

Un inicio con sorpresas

Encontrar piso en Edimburgo es una ardua tarea. Si, como era el caso de Pablo y su compañero, se busca para solo un mes de estancia, la misión se complica más. Un chico español les alquiló su habitación por ese tiempo, aprovechando que él tenía vacaciones. Cuando llegaron allí, todo era desorden. Además, con temperaturas de siete grados bajo cero, no había calefacción y nadie les había avisado. «Casi no pasamos tiempo en casa y para un mes al final no hemos tenido mucho más problema», remarca, sobre un periplo en el que pudo explorar una ciudad sin ir a toda prisa como cualquier turista. Tenía tiempo. Provisionalmente, era un vecino más.

Por ello, no olvidará un viaje a las Tierras Altas de Escocia con unos amigos que fueron a visitarlo. Todos juntos en un coche, con música y buena conversación. Tampoco sus visitas a varios estadios de Escocia. Pablo presenció en directo la primera derrota de la España de Luis de la Fuente en Hampden Park y vio un partido entre Hearts y Saint Mirren, dos clásicos del fútbol escocés, en el Tynecastle Stadium.

La pasión por el fútbol le viene de muy lejos y sigue su curso en las filas del Noia. Pablo se pondrá esta semana a las órdenes de su entrenador, Iván Carril. El equipo está en plena lucha por el ascenso: «Dependemos de nosotros y no tengo ninguna duda de que lo conseguiremos».

Futbolista. Vila juega en el Noia de Preferente y es un jugador polivalente.

TFM. Analizará la reacción del pez cebra ante varias infecciones.

Obstáculos. Ha tenido que vivir en un piso sin orden y, sobre todo, sin calefacción.