El aumento de la vigilancia policial, la apuesta frente al desmadre nocturno en Barbanza

Christopher Rodríguez
CHRISTOPHER RODRÍGUEZ RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

CARMELA QUEIJEIRO

Los últimos episodios de vandalismo y violencia ponen al botellón en el punto de mira

20 abr 2023 . Actualizado a las 18:53 h.

En Barbanza las noches derrochan vitalidad, sobre todo las de fin de semana. Cualquiera que se haya movido regularmente por el ambiente de ocio nocturno de la comarca puede constatar esto, al igual que, en ocasiones, las cosas se desmadran. Los últimos casos de vandalismo y violencia registrados en el área de Barbanza y directamente relacionados con la noche han puesto en el punto de mira al botellón, una práctica sobre la que las fuerzas del orden reforzarán la vigilancia.

Buen ejemplo de ello es Ribeira, donde han tenido lugar los incidentes más sonados en los últimos días, en los que varios episodios violentos mancharon de sangre las noches ribeirenses. Una oreja arrancada y un párpado cortado son las consecuencias más destacadas de un desmadre en Ribeira que también ha pagado el mobiliario urbano, con la quema de contenedores y palmeras en Coroso.

Por este motivo, sumado a la gran afluencia de público prevista, una de las primeras medidas llevadas a cabo desde las fuerzas del orden fue la de solicitar la presencia de la Unidad de Prevención y Reacción en la Festa da Xuventude de Aguiño, celebrada este fin de semana.

En este sentido, fuentes policiales de Ribeira constatan que a medida que el verano se aproxima, los conflictos nocturnos aumentan de forma exponencial, estando directamente relacionados con el consumo de alcohol y otras sustancias estupefacientes: «El buen tiempo y las altas temperaturas traen consigo una gran acumulación de gente, es lo habitual. En ese contexto las personas están más a gusto y ahí llegan los excesos. Además, con respecto a la violencia, ahora está muy de moda la venganza y eso duplica los problemas».

Las reacciones

Alcohol y multitud, estos son los dos grandes factores que señalan como los detonantes de los conflictos, pero ¿cómo finalizan? Desde las fuerzas del orden señalan que lo habitual es que pongan punto y final con una intervención policial, algo que se sabe cómo empieza, pero no cómo termina.

«En el marco del botellón hay de todo, desde gente que asume su error a otros que tiene aún más que decir o los que se echan a correr. Recibimos llamadas todas las noches de viernes y sábado», asegura un agente.

En este sentido, además de la vigilancia instaurada en las noches, los cuerpos policiales de Barbanza también miran al verano, una de las épocas del año en las que más trabajo y conflictos se acumulan en las calles.

Es el caso de Rianxo, en donde la cobertura en torno eventos nocturnos multitudinarios está garantizada por la Policía Local. Raúl Fieiro, responsable de cuerpo, constata que a medida que se acerque el período estival, la vigilancia irá en aumento: «Damos cobertura polas noites e agora que empeza a temporada alta dispoñeremos de dúas patrullas. En caso de que a magnitude do evento fose moi grande poderemos contar co apoio das unidades de seguridade cidadá da Guardia Civil».

La situación es algo más compleja en Noia, donde el jefe de la policía municipal, Hipólito Liñayo, asegura que mantener la actividad durante todos los fines de semana será una misión prácticamente imposible: «Intentaremos manter o servizo nocturno os días grandes, pero isto vai comprometer outros horarios».

En el caso de Boiro, los encargados de la seguridad nocturna es la Guardia Civil, que desde hace meses están centrando sus esfuerzos en la lucha contra las drogas en el marco del ocio nocturno. Cada sábado, los agentes del instituto se despliegan en el casco urbano boirense para velar por el orden en la movida.

La Ley de Seguridad Ciudadana tipifica sanciones de hasta 600.000 euros por faltas graves

Agentes de la comarca destacan que las infracciones relacionadas con el botellón y el vandalismo se encuentran tipificadas por la Ley de Seguridad Ciudadana. Las faltas de carácter leve son las relacionadas con beber alcohol en espacios públicos sin alterar el orden de forma severa o el destrozo de mobiliario. Este tipo de actos están sancionados con multas que pueden alcanzar los 600 euros.

En un lugar intermedio se sitúan las infracciones relacionadas con la desobediencia o la resistencia a la autoridad, Las acciones y omisiones que impidan u obstaculicen el funcionamiento de los servicios de emergencia o portar armas, faltas que se sancionan con hasta 30.000 euros.

Por último están las muy graves que acarrean multas que pueden alcanzar los 600.000 euros e incluso penas de cárcel, aunque estas no son para nada frecuentes en el área de Barbanza, ya que están directamente relacionadas con manifestaciones a gran escala.

Aguar la fiesta

A casi todo el mundo le gusta la fiesta, eso es un hecho. Ya sea acompañada de copas o sin ellas, ya sea hasta altas horas de la madrugada o recogiéndose pronto. Pero lo que a nadie le agrada es que los cuatro de siempre estropeen el buen ambiente con violencia hacia las personas y los objetos. Siendo culpable el alcohol o no, lo cierto es que cada vez más noches en Barbanza se ven empañadas por sucesos de todo tipo. Acciones en las que nadie quiere estar metido, pero que siempre aguan la fiesta.