Xantar na Casa supera por primera vez el centenar de usuarios en Barbanza: «Adáptanse a nós porque somos vulnerables»

Celia Riande García
C.Riande RIBEIRA

BARBANZA

MARCOS CREO

El servicio de comida a domicilio promovido por la Consellería de Política Social ha pasado de 45 a 104 beneficiarios en apenas cinco años

27 mar 2023 . Actualizado a las 12:43 h.

El envejecimiento de la población y el aumento de las personas mayores que viven solas es una realidad innegable en Barbanza, aunque irradie a todo el territorio gallego. Por esta precisa razón nació el programa de la Consellería de Política Social Xantar na Casa, que reparte comidas preparadas a domicilio para ancianos o personas que se encuentran en riesgo de exclusión social.

Desde su creación en el 2008, esta iniciativa de atención domiciliaria ha ido subiendo sus usuarios día tras día. De hecho, en el área barbanzana, la cifra de personas que recibían este servicio en sus casas hace apenas cinco años era 45, un número que se alzó de forma considerable tras la pandemia, llegando a los 85 en el 2021.

Hoy, los usuarios en Barbanza son ya más de un centenar, alcanzando concretamente la cifra de 104. De hecho, de los concellos que participan en este programa, que no incluyen a Boiro o A Pobra, prácticamente todos han tenido que solicitar una ampliación de las plazas a su disposición, aunque todavía existen casos en los que la demanda excede la oferta.

«Empezamos con nove prazas e agora son vinte, e están todas cubertas». Así lo indican desde el Concello de Rianxo, que señalan cómo han ido aumentando las peticiones de este servicio a lo largo de los años. Esta realidad, que también tiene que ver con una mayor popularidad del recurso, responde asimismo a un aumento de aquellos en situaciones vulnerables, ya que la adhesión a este programa se lleva a cabo mediante los departamentos de servicios sociales de cada concello conforme a una serie de requisitos.

Especialmente llamativa es la situación de Mazaricos, donde pese a contar con solo 11 plazas, se le está prestando este servicio a 13 personas: «Estámonos pasando, pero é que aquí hai moita xente que precisa este recurso», explican desde servicios sociales municipal.

La excepción

Sin embargo, desde el concello de Noia señalan que, en su caso, la situación es la opuesta, y admiten que no resulta un servicio demasiado atractivo entre su población: «En nuestro caso, no es demasiado demandado, El año pasado eran 11 usuarios y este son nueve, pero nos mantenemos con el mismo número, más o menos, desde hace ya un par de ediciones».

Fuentes del Concello de Lousame, donde cuentan con seis usuarios adscritos, explican que «aínda que tivemos que ampliar a cobertura, hainos que van tirando coa axuda a domicilio».

Pese a que el número de beneficiarios sea proporcional también a los habitantes de cada concello, las peculiaridades de la población juegan también un importante papel en la demanda de Xantar na Casa, ya que, mientras que Ribeira es el lugar con mayor densidad de la comarca, solo cuenta con 13 usuarios. De este modo, lo superan concellos más pequeños como son Outes, con 18, o Muros, que tiene 17 personas adscritas al programa.

Manuel Castro Blanco, usuario: «Teño que comer todo sen sal e andan con moito coidado»

Manuel Castro Blanco lleva años viviendo solo en su vivienda, localizada en el concello de Outes. Una enfermedad le deterioró hasta que, como el mismo lo define, se encontró en una situación de gran debilidad física, que comprometía su independencia en el propio hogar.

Por ello, con el fin de hacer más fácil su día a día, y asesorado por el departamento municipal de Servizos Sociais del concello, se sumó en el año 2016 al programa Xantar na Casa.

Reconoce que, tras ocho años siendo usuario de este servicio, se encuentra más que satisfecho con la decisión tomada y, aunque «hai padais para todos os gustos», en su caso disfruta mucho de los cuidados platos que recibe semanalmente en su hogar.

Además, en el caso de Manuel Castro, sus menús deben estar especialmente cuidados ya que es diabético: «Teño que comer todo sen sal e andan con moito coidado, nunca tiven ningunha incidencia nese sentido. Adáptanse a nós porque somos vulnerables».

Pese a esta circunstancia, Manuel Castro tiene pensado continuar siendo usuario del servicio de distribución de comida a domicilio, que pasa una vez a la semana por su casa con un vehículo isotérmico que mantiene los platos en la temperatura idónea para ser conservados. Asimismo, cada recipiente cuenta con una sugerencia de consumición, por las características de preservación de los alimentos.

«Veñen nun furgón e o único que teño que facer é refrixerar as comidas e quentalas no día nas que as consumo. A verdade que son moi variadas, non sei se serán do gusto de todo o mundo, pero eu estou contento», concluye Manuel Castro.