Un recorrido por ocho espacios literarios de Barbanza

Ramón Ares Noal
MONCHO ARES RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

Desde Cabanillas a Rábade Paredes, creadores que citan en sus obras lugares de la comarca

15 ene 2023 . Actualizado a las 19:08 h.

Pocos creadores literarios son inmunes a dejar fluir la inspiración de la memoria de sus espacios vitales, lugares en los que han crecido que se convierten en literarios porque acaban siendo citados expresamente o con otras denominaciones en sus obras. Como el territorio barbanzano es pródigo en escritores y artistas de la palabra, la lista de esos sitios es inmensa, lo que obliga a ser selectivos para realizar un pequeño recorrido, apostando por aquellos en los que autor y lugar no tienen relación directa, y de tenerla, se sale de las propuestas habituales, referencias en las que no es necesario tener especial sensibilidad para captar su belleza, su importancia o curiosidad. Usando como fuente publicaciones como De Isorna a Fruíme, unha viaxe literaria polas beiras do Barbanza, de Antón Riveiro Coello, y Guía de persoeiros da cultura-Mancomunidade Arousa Norte, de Pastor Rodríguez; y búsquedas propias se sugieren ocho parajes para conocer Barbanza.

RIBEIRA

La isla Sálvora cantada por el cambadés Ramón Cabanillas. En su obra, Na noite estrelecida, dejó escrito Ramón Cabanillas: «Amada dos vellos dioses, mortos e esquecidos xa, que Sálvora lle chamaron afeitos nela a topar repouso doce e tranquío de celestiais afáns, inda está tendida a escada que baixa do ceo ó chan, envolveita e recuberta de bretemoso cendal feito de rendas garnidas por diviños teceláns». No tienen que sorprender las letras de Cabanillas sobre Sálvora, puesto que la isla está en la entrada de la ría de la que forma parte el Cambados que le vio nacer.

BOIRO

El pobrense Valle-Inclán y la aldea Bealo. Ramón María del Valle-Inclán, históricamente disputado por A Pobra y Vilanova hasta hace pocos años, echó mano con frecuencia de sus espacios vitales en su densa obra. Valga como ejemplo Viana del Prior, en Comedias bárbaras, que es la hoy A Pobra do Caramiñal a la que tan ligado estuvo, pero también tuvo guiños a otros espacios próximos, como la curiosa aldea de Bealo, en el municipio de Boiro, de la que Riveiro Coello señala que es «o lugar orixinario de Ramiro en Cara de prata e Romance de Lobos, mais tamén presente en Los cruzados de la causa, pois de Bealo son naturais os mozos que acompañan a Roquito na súa partida Carlista, e un dos lugares a onde van pedir carros do país para transporte de armas». Esa alusión directa al núcleo boirense se constata en la cita textual del libro: «Que salga un criado al alto de Bealo para encaminar los carros a mi casa, y que traigan picos para desenterrar esos fusiles».

noia

El ourensano Blanco Amor y la desembocadura del Tambre. Eduardo Blanco Amor, siendo del interior de Galicia, evidencia la atracción de Noia y el río Tambre en el siguiente texto: «En los lugares cimeros de la ruta, el sol revela las cumbres con un rosa tierno e indeciso. Luego la boira otra vez, espesa en los hondones. En este vuelo a ciegas sé que voy hacia la cuenca del Tambre, al final de cuya escotadura Noya me espera, distinguida y saudosa, mirando por encima de su ría, ya casi lago, al horizonte donde bate la mar más ruda de Galicia».

RIANXO

Brea Segade y el castro Barbudo. «Altivo e corpudo castro, nun tempo campo de loita, en donde de Breogán os netos molime cortan; onde cantan as lavercas i a perdiz tremando voa. ¡Canto me acordas, Barbudo!, ¡ouh castro, canto me acordas lonxe daquela terriña que ten o alcume de “groria”». No deja lugar a la duda el poeta José María Brea Segade de su apego a su Taragoña natal, y su añoranza del castro Barbudo, vestigio hoy solapado por otros de mayor fama.

A POBRA

Victoriano García Martí y Santa Cruz de Lesón. A Pobra y sus rincones están presentes en la obra de Valle-Inclán, pero también en la de otro ilustre pobrense como Victoriano García Martí, que rememora las luchas de los lugareños contra los invasores que llegaban por mar: «Comprende el puerto de la Pobla dos parroquias urbanas: Santa María la Antigua y la del Deán. Mencionaremos entre las rurales a Santa María del Jobre por su pintoresco emplazamiento y a Santa Cruz de Lesón por su antigüedad. La primera debe su origen al histórico castillo de Junqueras; en la segunda, la auténtica Pobla tuvo, por siglos, señoría el Deán del Cabildo de Campanella. Los vecinos de San Mauro, desde Santa Cruz de Lesón, bajaron algunas veces hasta el puerto. Aquellos bravos aldeanos sostuvieron recias batallas contra los normandos que pretendían desembarcar y hacer sus incursiones por esta banda de la ría....

OUTES-MUROS-CARNOTA

El outiense Francisco Añón, y su deseo de regresar a su tierra y ver O Pindo. El añorado poeta Francisco Añón se vio obligado a emigrar a Lisboa por su carácter revolucionario, de donde también acabaría siendo expulsado, lo que le obligó a desplazarse por varios países, hasta regresar y trabajar en distintas ciudades españolas. Así se entiende su nostalgia en la siguiente poesía: «Ay! si alas eu tivese, traspondo o Guadarrama E outras altas serras, cal rápido cóndor, Iría ver, Galicia, teu rico panorama, Teu verde chan florido, que os aires embalsama E o natal corruncho d’o meu primeiro amor. Vería d’esa altura teu mar d’azul e prata, Que desde a nobre Asturias á o libre Portugal, Po-l’a radiada costa bruando se dilata, Vería o sacro Pindó e a grande catarata, Que o Ezaro gomita d’un alto pene’dal».

PORTO DO SON

Xesús Rábade Paredes y Baroña. Si hay una referencia inspiradora trufada de siglos, esa es, sin duda, Baroña, por la atracción de su castro. Xesús Rábade Paredes, natural de Cospeito pero residente en Rianxo, poetizó: «Fronte ó mar de Baroña, metáfora tal vez estremecida do silencio que somos, alzo inerme o meu canto, cifra deste naufraxio interminable confundido con outros tantos cantos, con outras tantas voces, e outros ecos; soterrado balbordo da existencia pretérita cando nos era doado habitar bosques, deixarnos salferir polo salitre de galgantes océanos, cando aínda tiñamos a memoria dos nosos nomes, do leite milenario que mamamos, da voz secreta que gardaba o aire».