La responsable del accidente mortal de Palmeira: «No recuerdo nada más, solo el impacto. Ojalá me hubiese muerto yo»

Francisco Brea
Fran Brea RIBEIRA

BARBANZA

María del Pilar Fernández, declarando en el juzgado
María del Pilar Fernández, declarando en el juzgado Sandra Alonso

Los familiares de Sara Lampón y Abraham Muñiz, la joven pareja que falleció a causa del impacto con el coche de la acusada en el 2019, pudieron escuchar la declaración de María del Pilar Fernández en la Audiencia Provincial

20 dic 2022 . Actualizado a las 14:46 h.

La sección sexta de la Audiencia Provincial de A Coruña acogió este lunes la primera jornada del juicio por el accidente mortal que tuvo lugar en Palmeira en mayo del 2019, en el que perdieron la vida Sara Lampón y Abraham Muñiz. La conductora del BMW, María del Pilar Fernández Patiño, se sienta en el banquillo como acusada y ha prestado declaración, contestando a las preguntas del fiscal, la acusación particular y la defensa.La mujer, al ser interrogada por el siniestro, alegó que la tarde del accidente salió de su casa, en Aguiño, para acudir al domicilio de una doctora en Palmeira.

Antes de su comparecencia, se llevó a cabo el proceso para seleccionar al jurado popular, compuesto por nueve miembros y dos suplentes. Después, todas las partes explicaron su postura en el caso y han pedido la inclusión de nuevas pruebas, como la declaración de uno de los hijos de la acusada o la intervención de uno de los peritos que hizo el informe de imputabilidad.

El fiscal indicó que una imprudencia como la cometida por la acusada llega a ser de «notoria gravedad». Apuntó, además, que no fue «algo puntual. Ya venía conduciendo de forma temeraria y no era el primer día que lo hacía».

Por su parte, Ramón Siaba, abogado de la acusación particular, destacó que la tasa de alcohol de la acusada era «casi tres veces por encima de la permitida» y que los hechos corresponden a dos delitos de homicidio con dolo eventual: «Argumentamos que era consciente de que podía producir el daño y lo que hizo fue seguir actuando». Hizo hincapié en que ya ha tenido otras experiencias, como un accidente en el que una persona resultó herida y por el que la acusada está a la espera de juicio.

La defensa apuntó al trastorno adaptativo mixto de la acusada: «Estaba netamente afectada. Sufrió maltrato constante desde que contrajo matrimonio». Además, alega que el proceso se ha alargado demasiado, ya que «los hechos ocurrieron el 4 de mayo del 2019 y estamos en diciembre del 2022». A los miembros del jurado pidió que «en lo que haya dudas, no lo estimen».

Tres vinos

María del Pilar Fernández reconoció que durante la mañana había bebido tres vinos, pero que a las 13.30 horas llegó a su casa mareada: «Me tomé un Lexatin y me acosté». Después, aseguró que no había consumido más alcohol hasta la hora del suceso. Entre lágrimas, afirmó que tenía «flashes»: «No recuerdo nada más, solo el impacto. No vi el Seat, no lo recuerdo. Me cogieron inconsciente, perdí dos litros de sangre, no sé nada», declaró.

También señaló que ya en el hospital, cuando tuvo conocimiento de que habían fallecido Sara y Abraham, se intentó suicidar: «Me tuvieron que sujetar y sedar, intenté tirarme por la ventana».

Durante la intervención de María del Pilar Fernández se hizo hincapié en los medicamentos que toma para tratar un trastorno que deriva en depresiones y ansiedad por haber sido víctima de un «maltratador psicológico», según argumenta la acusada y su defensa. Ella mantiene que los médicos nunca le dijeron que no podía beber por culpa del tratamiento prescrito.

Ante el juez, Fernández Patiño reconoció que consume alcohol desde que se casó, momento en el que, asegura, empezó a recibir malos tratos por parte de su exmarido.

La acusación particular aportó como pruebas capturas de Facebook en las que se podía ver a la acusada posando con coches de alta gama y haciendo diversos comentarios, dando a entender que le gustaba la velocidad. Ella indicó que alguna de las frases no las había escrito. Ramón Siaba también hizo referencia a otros accidentes de tráfico en los que estuvo implicada. Fernández Patiño alegó que, en esos casos, la culpa había sido de su exmarido o de los otros conductores.

La acusada reconoció que, tras el accidente, acudió a la Unidad de Asistencia de Drogodependencias de Ribeira (UAD) para intentar rehabilitarse. Añadió que se tuvo que ir a Madrid «para proteger» a sus hijos, «por el daño que le estaba haciendo la presión mediática».

María del Pilar Fernández, al fondo, con los padres de Sara y Abraham sentados en primera fila.
María del Pilar Fernández, al fondo, con los padres de Sara y Abraham sentados en primera fila. Sandra Alonso

«Quiero pedir perdón a las familias. Ojalá me hubiese muerto yo, pero no hubo esa suerte, y que ellos siguiesen vivos». Así finalizó su declaración.

Jornada de declaraciones

El juicio continuará este martes en una jornada en la que declararán los testigos citados por las partes. El fiscal indicó que llamará a una mujer que circulaba en se vehículo detrás del coche de los fallecidos, a otra que conducía en la misma dirección que la acusada y se apartó para dejarla pasar, a un señor que estaba en la zona donde se produjo el accidente, a un vecino que trabajaba su huerto, también en las inmediaciones del siniestro; a una camarera de un bar de A Pobra que dice que no sirvió a Fernández Patiño por su estado de embriaguez, y a otra señora que tuvo un accidente con la acusada unos meses antes del que protagonizó en Palmeira.

Además, solicitó la comparecencia de una médico forense que realizó un informe sobre la interacción del alcohol y el tratamiento que toma la acusada, así como que preste declaración una forense del Imelga que emitió un informe a raíz de que la defensa solicitó una pericial de imputabilidad. A través de videoconferencia, declarará el Equipo de Reconstrucción de Accidentes de Tráfico que estuvo en Palmeira.

En la sala también hablará Kevin Vázquez, uno de los hijos de María del Pilar Fernández.

Lágrimas y emoción

Durante la lectura de los escritos de todas las partes, se pudo ver emocionados y con lágrimas en los ojos a los padres de Sara y Abraham, sentados en la primera fila del espacio reservado para el público. A la salida del juzgado, tan solo quisieron declarar que esperan que «de aquí en adelante, no pase tanto tiempo» desde que suceden unos hechos hasta que son juzgados.