Noche de júbilo futbolístico para la comunidad marroquí de Ribeira

Christopher Rodríguez
christopher rodríguez RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

MARCOS CREO

Los octavos de final del Mundial congregaron a decenas de personas en la hostelería ribeirense, que fue todo un ejemplo de confraternidad

06 dic 2022 . Actualizado a las 21:18 h.

El España-Marruecos fue más que un partido en Ribeira. Con motivo del encuentro, parte de la comunidad marroquí ribeirense, relacionada históricamente con la pesca local, se enfundó la camiseta de su selección para presenciar una cita con pasiones dividas entre españoles y africanos.

El ambiente en la hostelería ribeirense antes del comienzo del encuentro era el de las grandes citas, con decenas de personas que se congregaron en torno a las televisiones de los establecimientos del municipio. A pesar de que las camisetas españolas eran las más abundantes, los aficionados marroquíes no quisieron perderse una cita que acabaría siendo histórica para ellos.

Antes del inicio del encuentro, los nervios estaban patentes en ambas aficiones, pero lo cierto es que los africanos estaban especialmente ansiosos por el comienzo. «Yo prefería otro rival que no fuese España, son muy buenos con la pelota», aseguró uno de los ribeirenses naturales de Marruecos presentes en una de las terrazas de la localidad.

Sin conflictos

A pesar de la importancia del partido y de la igualdad máxima imperante durante el transcurso de los 120 minutos del encuentro, el trato cordial y la rivalidad sana fueron las absolutas protagonistas. «Que gane el mejor», fue la frase más repetida entre los forofos del fútbol que ayer presenciaron el partido en Ribeira.

Con cada jugada de peligro o acción polémica los gritos salían de un bando y el silencio asolaba al otro. Los vítores por parte de los marroquíes ante una buena acción de su equipo eran rápidamente solapados por las voces de los aficionados españoles, que no dejaron de hacerse oír durante el partido.

Con el paso de los minutos la tensión fue aumentando, tanto es así que a alguno que otro ya no le quedaban uñas que morder ante un desenlace que parecía inevitable: la tanda de penaltis.

Unos más confiados que otros, la suerte de los 11 metros llegó y no puedo empezar de una mejor forma para Marruecos, que anotó dos tantos consecutivos que colmaron de alegría a sus aficionados. Sumado a esto, los lanzamientos errados por los jugadores españoles aumentaron el éxtasis africano, pero sin lanzar las campanas al vuelo ante una selección como España.

El penalti decisivo transformado a lo Panenka por el jugador del Paris Saint Germain Achraf Hakimi desató la locura entre los marroquíes congregados en Ribeira, que celebraron por las calles el histórico paso de su selección a los cuartos de final de la Copa del Mundo. A los españoles les tocó asumir la derrota y dar la mano a sus vecinos, en una muestra de que a pesar de los conflictos geopolíticos, están unidos por una misma pasión.