El Cidade de Ribeira voló entre el atasco del resto de barbanzanos

Carlos Peralta
Carlos Peralta RIBEIRA

BARBANZA

CARMELA QUEIJEIRO

La Esteirana logró su primer triunfo y el Puebla sigue sin ganar

26 sep 2022 . Actualizado a las 18:54 h.

El Cidade de Ribeira firmó un inicio excelso en su segunda campaña en Primera Galicia. Los barbanzanos vencieron al Soneira, por 2-1, con un doblete de Antho que certificaba así el tercer triunfo consecutivo de los blanquiazules. «A pretemporada que fixemos foi fundamental, foi moi esixente. A maioría están a un nivel físico moi bo e empezamos fortes os partidos», señaló Manuel Ángel Pena, entrenador del equipo blanquiazul, sobre un comienzo idóneo para repetir, al menos, el acceso al play off de ascenso cosechado el pasado curso. Sobre su última victoria, señaló que pese a que encontraron más dificultades para dominar el esférico, el equipo fue capaz de sobreponerse y generar ocasiones

En Puebla, sin embargo, las victorias brillan por su ausencia. Es el único club del área de Barbanza que todavía no conoce el triunfo. «Es un equipo en plena construcción donde casi todo el mundo es nuevo. Tenemos que pelear por frenar la caída y luego intentar el rebote consecuente», señaló Jesús Baleato, técnico del conjunto pobrense. La plantilla cosechó una nueva derrota ante el Lalín, que desequilibró el duelo con un tanto de Manu Casal a poco más de tres minutos para el tiempo añadido.

La Esteirana consiguió por fin el triunfo. Y lo hizo, principalmente, porque recuperó a su nómina de delanteros, ausentes en las dos primeras jornadas por diferentes motivos personales. Raúl fue el autor de los dos goles de los muradanos, que consiguieron tres puntos que les permiten huir de los últimos puestos.

En la misma situación clasificatoria, pero con una dinámica diferente, se encuentra el Mazaricos. Los de Óscar Lema sumaron una derrota por 0-3 ante el Xallas, colíder junto al Cidade de Ribeira y el Lalín. Un resultado que, tras el 5-0 recibido por el Dumbría en la jornada anterior, invita a poner el foco en cerrar la sangría de goles encajados.