Álex Vidal: «Mi espina clavada ha sido competir en Tokio con el ligamento roto»

BARBANZA

MARCOS CREO

Quiere priorizar su vida laboral sin renunciar a las grandes citas deportivas

31 ago 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Álex Vidal (Ribeira, 1981) volvió a sentirse deportista a cientos de kilómetros de casa. Lo hizo en Vietnam, en un campeonato en el que comprobó que su fatídica rotura del ligamento cruzado es cosa del pasado. Una lesión que le dejó sin opciones en Tokio y que despierta un sentimiento de reválida en el barbanzano, que ahora busca la manera de cimentar su futuro laboral sin renunciar a París.

—¿Qué tal fue la vuelta al tapiz?

—Fui a probar mi rodilla y respondió mejor incluso que antes de sufrir la lesión. No noté ninguna molestia, me vi súper fuerte.

—¿Y a nivel competitivo?

—Bueno... un poco peor. Llevaba un año parado. El nuevo reglamento me afecta bastante por mi discapacidad.

—¿Cómo le afectan los cambios?

—Antes pegaba una patada y me metía dentro, en el cuerpo a cuerpo. Cuando nos pasábamos de tiempo el árbitro decía «si chak» y se paraba el reloj. Ahora estás obligado a separarte en tres segundos o te amonestan. Al salir del forcejeo, solemos pegar. Al tener el brazo laxo, no puedo blocar los golpes. Era algo que no habíamos entrenado.

—¿Cuáles son sus próximos retos?

—La federación internacional cogió la prelista de agosto. Yo pasé ese mes el control médico, por lo que entro en septiembre y estoy fuera del Grand Prix, la próxima gran cita. Es mucho tiempo y tengo una edad avanzada para el deporte de élite. Tengo que sentarme a pensar cómo quiero entrenar porque mi deseo es continuar al menos hasta el mundial.

—Quiere replantearse su futuro.

—Estoy a media jornada y busco algo a tiempo completo. El futuro que me quedará es el laboral. Del taekuondo viví hasta que me quitaron las ayudas porque he estado un año parado.

—¿De qué busca empleo?

—De administrativo. Tengo experiencia. Por ejemplo, trabajé varios años en la lonja y llevaba las cargas y los pedidos.

—¿Hablarle de los Juegos Olímpicos de París es ponerle en un compromiso?

—Todavía queda lejos, pero me ilusiona. Mi espina clavada ha sido competir en Tokio con el ligamento roto. Me preparé cinco años. Cuatro meses antes me dijeron que iría cojo. Aún así participé, ganaba 11-7 en el primer asalto pero la rodilla dijo «basta». En los demás, encajé diez puntos.