Patt Skinner: «Nosotros mismos estamos interrumpiendo el ciclo de la vida»

El cambio climático es un problema que cada vez preocupa a una mayor parte de la población. Es por ello que han surgido nuevas formas de estrés, como la solastalgia, que es la angustia que sienten algunas personas al ver los efectos del calentamiento global. Sin embargo, también han surgido nuevas formas de activismo para luchar contra estos efectos negativos. Así lo hacen personas como Patt Skinner, quien se dedica a recorrer los mares vestida de sirena para concienciar acerca del cambio climático.

Desde hace años, esta activista visita la isla de Sálvora y graba vídeos en la figura de la pétrea sirena junto con otras activistas como ella. Este lugar es uno de los que, comenta, la preocupan especialmente debido al cambio que detecta en el color del agua, «que ha pasado de cristalina a tener un tono verde oscuro en tan solo cinco años, ya casi no se puede grabar».

Su fijación por cuidar el océano empezó a temprana edad: «Mi madre era nadadora en Vigo y entrenaba cruzando la ría, siempre estuve conectada con el mundo marino de alguna forma». Su primera foto vestida de sirena es de cuando tenía 8 años y se encontraba en Islas Caimán, aunque en aquel momento este ser mitológico no tenía tanto peso en su vida como lo tiene ahora.

Para Skinner, la gente no es consciente de la relevancia del mar, «cuyo fitoplancton libera el 80 % del oxígeno que respiramos». Una de las consecuencias de polucionar el agua es que estos seres mueren, lo que supone la pérdida de las mayores fábricas de oxígeno que tenemos: «Terminará sucediendo lo mismo que en el Mar Menor», que se ha visto afectado por un proceso de eutrofización.

Sirenas como símbolo

Debido a la emergencia del cambio climático, Patt Skinner comenzó a ponerse su cola de sirena y a grabar vídeos con el objetivo de concienciar a la población mostrándole la realidad de la polución en el mar. «Llama la atención de la gente y, sobre todo, de los niños, que al final es lo importante porque son el futuro».

Sin embargo, su fijación por estos seres mitológicos es algo que va más allá del activismo. «He estado estudiando la figura de las sirenas en todas las culturas», comenta. Es así como ha descubierto que, sin importar el país, cada lugar tiene un nombre y una leyenda propia para estas criaturas. Además, para ella son «un reclamo sin género, ideología, raza ni religión».

El mundo tiene fiebre

Patt Skinner ve el calentamiento global como la respuesta natural de un mundo enfermo: «Cuando un cuerpo tiene un virus sube su temperatura para matarlo, es lo mismo que el planeta está haciendo con los seres humanos». Es por eso que considera que el fin de la humanidad es inminente, porque «nosotros mismos estamos interrumpiendo el ciclo de la vida».

Durante la pandemia observó que la forma de salvar al planeta es dejándolo descansar, ya que «durante el encierro, las cosas mejoraron mucho en la materia del calentamiento global». Sin embargo, con la vuelta del ejercicio económico, este avance ha terminado por deshacerse. Aunque Patt Skinner es consciente de que luchar contra las grandes empresas es algo inútil, considera que sensibilizar a la población para que cambie sus hábitos de consumo es el primer paso hacia la consecución de un mundo más sostenible.

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