El precio de los carburantes duplica el gasto de los autobuses de Barbanza

Carlos Peralta
Carlos Peralta RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

MARCOS CREO

El sector afirma que no puede repercutir al cliente todos los incrementos

17 jun 2022 . Actualizado a las 05:05 h.

El aumento del precio de los combustibles afecta de lleno a las compañías de autobuses de Barbanza. Según varios empresarios del área, su desembolso en este apartado es el doble que hace un año. «No podemos repercutirle todo al cliente», apunta José Ramón Rodríguez, de Autos Comparado, en Noia. La inflación sigue disparada, con un 8,7 % registrado en mayo según el INE. El precio de los repostajes es el principal culpable, con parámetros por encima de los dos euros por litro tanto en diésel como en gasolina. Según afirma el presidente de la asociación de transportes de viajeros por carretera Fegatravi, Javier de Bidegain, un autocar consume entre 35 y 40 litros cada 100 kilómetros, lo que implica un gran desembolso.

«El gasoil nos acaba de apuntillar», señalan desde una entidad de gestión de autobuses de Barbanza en la que temen seguir el camino de otras empresas ya desaparecidas como Flora, en Rianxo. Los responsables de esta antigua compañía señalan que cesaron su actividad tras el último convenio: «No nos compensaba seguir». El acuerdo laboral fue firmado en los años 2019 y 2020, con el precio de los carburantes a 1,2 euros el litro y, por tanto, lejos de los parámetros actuales.

La conselleira de Infraestructuras e Movilidade, Ethel Vázquez, anunció el pasado mes de marzo, una inyección de 3,5 millones de euros para blindar el transporte público de la comunidad y compensar el desequilibrio de la tendencia alcista de los repostajes. Varias empresas de Barbanza critican que, por el momento, no han recibido ninguna aportación económica.

Sin aumentos para el viajero

«Hace un año estábamos pagando a menos de un euro el gasoil, con los descuentos aplicados, y ahora estamos en el doble», apunta Fernando González, de la compañía mazaricana Transportes González, que afirma que no plantea por el momento repercutir los costes al cliente particular. Su mayor fuente de ingresos también reside en los contratos de la Xunta. En su caso, afirma que los precios de los billetes son los que marcan su compromiso con la Administración autonómica. González también señala un aumento de costes en derivados como el AdBlue, un producto para que los vehículos diésel controlen, de forma eficiente, sus emisiones. «Ha pasado de 30 céntimos a más de 80», añade José Ramón Rodríguez, que utiliza este componente en toda su flota.

No es el único sobrecoste al que se enfrenta el gremio. Javier de Bidegain subraya que los gastos en reparación y mantenimiento, tanto de la mano de obra como de las piezas, también se han disparado a causa de la inflación que se vive en todos los ámbitos económicos.

El insólito precio que marcan los monolitos de las gasolineras invita a pensar en que los usuarios aparcarán con mayor frecuencia sus vehículos particulares y se decantarán por el transporte público. Javier de Bidegain no es optimista: «No hay una traducción directa entre ambas, lo dicen las cifras».

«Hemos perdido viajeros», concluye José Ramón Rodríguez, que pone el foco en la escasez de pasajeros jóvenes que transporta en sus autobuses. «Aumentaron los clientes porque veníamos de la pandemia, pero no estamos en números del 2019», añade.