Barbanza pierde tres habitantes a la semana y ya tiene menos de 115.000

Xoán Ramón Alvite Alvite
Xoán ramón Alvite MAZARICOS / LA VOZ

BARBANZA

CARMELA QUEIJEIRO

Al mayor número de defunciones que de nacimientos se suma el saldo migratorio negativo

28 abr 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Año nefasto para la comarca, otro más, desde el punto de vista demográfico. Las últimas cifras oficiales sitúan el número de residentes en el conjunto de los once municipios en 114.928 personas, 151 menos que un año antes. Se mantiene así la tendencia negativa iniciada hace más de un cuarto de siglo, cuando el área barbanzana no solo superaba los 125.000 habitantes sino que podía presumir de ser de las pocas comarcas de Galicia que ganaban población cada año.

Las tornas, sin embargo, han cambiado radicalmente y, en la actualidad, todos los municipios, a excepción de Boiro y Porto do Son, que aumentan 71 y 13 vecinos, respectivamente, ven como sus padrones de habitantes se reducen en mayor o menor medida.

En este sentido, resultan especialmente preocupantes los casos de Carnota y Mazaricos, que, aunque en términos absolutos solo han perdido 45 habitantes cada uno, porcentualmente les supone ver desaparecer en solo un ejercicio el 1 % de su población total. En el resto de la comarca las cifras varían entre los nueve habitantes en que se han visto reducidos los censos de Ribeira o Rianxo y los 34 perdidos por el de Noia, según los datos publicados por el Instituto Galego de Estatística (IGE) y referenciados al ejercicio 2021.

Dos son las causas principales que explican esta sangría poblacional, que, pese a todo, es la menos grave de los últimos diez años. Por un lado, un saldo migratorio en rojo —se marchan más de los que vienen— y, por otro, un crecimiento vegetativo claramente negativo marcado por un mayor número de defunciones que de nacimientos, especialmente en las áreas más rurales. Sin ir más lejos, durante el ejercicio 2020 —el último del que existen estadísticas oficiales—, nacieron en la comarca 598 niños, justo la mitad de los que se registraron hace tan solo veinte años. Por el contrario, la cifra de fallecidos se elevó hasta los 1.420.

Mayores de 70

La conjunción de estos fenómenos, habituales en buena parte de la Galicia interior, se traduce en que el área barbanzana cuenta, a día de hoy, con 8.500 habitantes menos que hace una década. También en que el grupo de los mayores de 70 años —17.441 barbanzanos— ya supera, por primera vez en la historia, al de aquellos que no alcanzan la veintena, que se quedan en únicamente 17.330 personas.

Bien es cierto que esta situación varía de forma sustancial entre unos territorios y otros. De esta forma, mientras Boiro y Ribeira continúan contando con las poblaciones más jóvenes de toda la comarca, las pirámides de habitantes de Carnota y Mazaricos están totalmente invertidas. De hecho, en ambos municipios, por cada vecino que no alcanza la veintena tres ya superan los 70. No mucho mejor se presentan las cosas en Lousame y Outes, donde los mayores de 70 duplican en la actualidad a los menores de 20.

En cualquier caso, buena prueba de la evolución de este envejecimiento de la población se percibe en el hecho de que, en apenas dos décadas, la edad media de los barbanzanos ha pasado de los 42,9 años que se promediaban en el 2000 a los 49,9 actuales.

Las proyecciones de población indican que el descenso continuará los próximos 13 años

Lejos de atisbarse un futuro mínimamente esperanzador, todo apunta a que la actual tendencia demográfica se mantendrá igual durante, por lo menos, otros 13 años. Esa es la principal conclusión que se extrae de las proyecciones de población realizadas por el IGE, y que apuntan al 2035 como el primero en el que la comarca bajará del listón de los 100.000 habitantes.

Es un escenario muy negativo que supondrá la pérdida de más de 14.000 vecinos, cifra similar a la población que tiene en la actualidad el municipio de Noia. En este sentido, si bien la pérdida de habitantes es una tendencia que, según las proyecciones estadísticas, se repetirá en la totalidad del territorio barbanzano, serán las zonas rurales las que la sufrirán de una forma más directa y dramática.

De hecho, se calcula que más de dos centenares de núcleos tienen elevadas posibilidades de quedarse totalmente vacíos habida cuenta de la composición actual de su población.

Difícil reversión

La despoblación de las zonas rurales es una tendencia generalizada que tiene difícil reversión. Precisamente, municipios como Ribeira, Boiro, A Pobra o Porto do Son trabajan en la ampliación de sus polígonos industriales con el objetivo de que el crecimiento de las empresas existentes o la implantación de otras nuevas favorezca el asentamiento poblacional. También son imprescindibles los servicios, un aspecto en el que se incide cada vez más para recortar la brecha con las ciudades.