Las velutinas amenazan con doblar su presencia este año tras el suave invierno

Antón S. Rodríguez A CORUÑA / LA VOZ

BARBANZA

MARCOS CREO

«Filomena las mermó mucho el año pasado, pero este se van a multiplicar»

11 abr 2022 . Actualizado a las 18:25 h.

Las primeras trampas que se colocan en el año son el termómetro de cómo será la presencia de la velutina durante la primavera y el verano. Y la cosa pinta mal. Los profesionales que se dedican a eliminar esta especie invasora han detectado hibernaciones muy cortas, el despertar de avispas reinas antes de lo previsto, incluso sin agotar sus reservas invernales espoleadas por las altas temperaturas pese a que se hayan intercalado algunos días de frío.

Así que no se repetirán los números menguados del 2021, cuando la borrasca Filomena barrió todo el país mermando seriamente los nidos de avispas asiáticas. Para entender la comparación, en los años previos, 2018 y 2019, en Galicia llegaron a retirarse una media anual de 30.000 nidos. La gran borrasca del año pasado bajó la cifra a unos 18.000. «Aquel fenómeno meteorológico fue muy duro para las velutinas, muchas de las que se salvaron del frío acabaron muriendo por el deshielo, pero me temo que este año va a ser de mucha velutina», señala Lolo Andrade, uno de los principales expertos a nivel nacional, que recorre buena parte del país impartiendo cursos para erradicar esta plaga llegada de oriente.

Según los trampeos que ha realizado en las últimas semanas se cumplen los pronósticos de presencia de avispas en zonas del litoral al nivel del mar. «Pero desde Betanzos hasta la parte más elevada de la comarca, como Oza-Cesuras o Curtis, nos hemos encontrado unas 20 o 30 velutinas por trampa, es muchísimo a estas alturas del año», explica el experto.

En la zona de costa, especialmente en el sur de la comunidad, ya se observaron algunos ejemplares en el mes de febrero, otro mal síntoma para esperar un verano tranquilo. «Si ahora nos encontramos con un par de semanas de calor, se seguirán adelantando los procesos y las reinas saldrán antes», añade Andrade. Construirán entonces los nidos embrión, de los que nacerán las obreras a los 40 días, y aparecerán después los nidos primeros. Estas dos clases de cápsulas son especialmente peligrosas para el hombre porque se suelen ubicar en zonas bajas, en terrenos, matorrales, lugares donde es fácil tropezarse con ellas y, por lo tanto, ser atacadas por las avispas que defienden su territorio. Con posterioridad, asomarán los nidos secundarios, más voluminosos y colocados en zonas más elevados, algunas verdaderamente inaccesibles. En noviembre se cerrará el ciclo con la muerte de las obreras y comenzará la hibernación de las reinas.

Menos alarmismo

«La gente ha perdido ese miedo alarmista a los nidos, al principio las llamadas eran continuas pero ahora ya se han acostumbrado», señala Andrade, quien recuerda que esta especie no es más agresiva que otras avispas autóctonas. «No tienen la inercia de atacar, solo cuando ven amenazado su nido, entonces sí que hay un problema serio, por eso hay que evitar tropezar con ellos», indica.

En Barbanza ya han visto obreras a estas alturas de la primavera

«Hai moita, xa debe de haber niños secundarios porque vense voar ás obreiras», indica Roberto Carlos Iglesias, coordinador del servicio de Protección Civil en el municipio de Rianxo. «Non houbo inverno e as raíñas madrugaron bastante, por iso xa tivemos avisos por niños primeiros nalgunhas vivendas», señala Roberto Carlos, quien asegura que su equipo de emergencias acude con frecuencia a este tipo de incidencias «porque o teléfono da Xunta non vai moi ben». «De feito —añade—, algúns niños primarios estanos retirando os propios particulares». Pese a las alarmas, las incidencias son pocas. «Hai dous anos unha persoa foi hospitalizada cando lle picou unha avespa mentres limpaba a finca», recuerda.