La alta ocupación para Semana Santa aleja al turismo de Barbanza de la crisis

María Xosé Blanco Giráldez
m. x. blanco RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

SANDRA ALONSO

Algunos alojamientos ya colgaron hace varios meses el cartel de completo

09 abr 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

La palabra crisis sale a la luz estos días sea cual sea el sector económico del que se hable, pero hay uno, el turístico, que en Barbanza parece que está logrando esquivarla. Por lo menos, los empresarios de la comarca todavía no han notado su influencia, al contrario. El alto nivel de ocupación que tienen para esta Semana Santa y el movimiento que ya se percibe en las reservas de cara al verano los lleva a augurar un buen año. En su caso, se sienten incluso beneficiados por la pandemia, que ha llevado a muchos viajeros a buscar lugares tranquilos en los que prime el contacto con la naturaleza.

Es por ello que las casas de turismo rural y los alojamientos situados en entornos naturales son los que más tirón tienen. Las cuarenta Cabañitas del Bosque de Outes hace ya varios meses que están reservadas para Semana Santa. El complejo también está completo para todos los fines de semana de aquí hasta julio y eso que de cara al verano se establece un período de tiempo mínimo.

Y la gerente del negocio, Renata Lema, asegura que el período fuerte de contrataciones estivales está todavía por llegar: «O normal é que o aluvión de reservas empece despois de Semana Santa». Tal es el éxito de este complejo de cabañas suspendidas, que sus promotores están ejecutando una pequeña ampliación, pero no estará lista para el verano.

También colgó hace varios meses el cartel de completo el Remanso do Manantial, un complejo de cabañas situado a pocos metros del río Pedras. Desde el establecimiento señalaron que ya no hay plazas para agosto y que apenas quedan fechas disponibles para julio, lo que le lleva a augurar un buen verano.

En una situación similar está la Aldea Os Muíños de Rianxo, que pone a disposición de los clientes singulares alojamientos en el monte. Estará a tope en Semana Santa, algo que no sorprende a la propietaria, Carmen Ferreirós, que explica que enero y febrero ya fueron meses muy buenos. Añade que el verano se presenta animado e incluso con estancias más largas de lo habitual.

Con un 98 % de sus plazas reservadas para los días fuertes de la Semana Santa, desde el Atmos de Outes también se muestran muy optimistas: «Desde que irrompeu a pandemia, a xente busca escapar das masificacións, quere aloxamentos apartados e tranquilos». Por eso confían en alcanzar en breve el lleno para el verano: «Está claro que a xente quere saír da casa».

Vuelta de los extranjeros

Es de esta misma opinión Jesús Picallo, del Faro Lariño. Se muestra convencido de que las pocas plazas que quedan libres para Semana Santa se ocuparán con las reservas de última hora y asegura que este verano será especialmente bueno por una cuestión concreta: «Nos interesaba recuperar a los visitantes extranjeros y ya tenemos peticiones y consultas en este sentido».

Especialmente optimista se ha mostrado José Norat, del Hotel Norat Palmeira Playa. El negocio cumple las expectativas para la próxima semana, por encima del 50 %, y tiene un alto volumen de reservas para el verano, algo que «no es normal a estas alturas». Dice que la crisis no se deja notar: «Hay ganas de salir y disfrutar».

Desde un casi lleno Glass Cube de Outes también auguran un buen año a nivel turístico: «Confiamos en ter un verán longo como o pasado, cando enchemos desde o 1 de xullo ata o 20 de setembro».

Las tarifas se mantienen pese al incremento en la factura de la luz

En general, los empresarios del sector turístico barbanzano han decidido mantener los precios, que ya llevaban varios años congelados. Y eso que han visto como sus gastos se incrementaban, sobre todo debido a la subida que ha experimentado la factura de la luz. Lucinda Caamaño, que dirige en Carnota la Casa Zuleiro y Luz de Viro, explica que la situación se está volviendo muy complicada. Hace poco tuvo que hacer frente a una factura de 7.000 euros correspondiente a las dos viviendas y a un período de tiempo de tres meses.

Sus negocios están llenos para Semana Santa y las perspectivas para el verano son buenas, pero Lucinda Caamaño reconoce que teme la crisis que todos vaticinan: «Non a notamos aínda, pero si que lle temos medo. Se o prezo da luz segue así teremos que pensar en pechar no inverno, porque non é asumible». Y repercutir ese incremento en el precio de las habitaciones no es por ahora una salida factible: «É complicado, porque a xente tamén esta asfixiada polo mesmo», concluye Caamaño.