Empresas de Barbanza ven peligrar su futuro al faltar relevo generacional

Ana Gerpe Varela
A. Gerpe RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

CARMELA QUEIJEIRO

Todos los sectores están afectados, de manera especial la construcción y la pesca

15 ene 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

«Preciso un mecánico como sexa», afirma el gerente de Motor Boiro, José Abelleira, que tiene una plaza vacante desde la jubilación de un trabajador. Hace tiempo que busca cubrir el puesto y aunque acaba de incorporar a una persona para esa área del taller, precisa que necesita otra. Abelleira comenta que la falta de relevo generacional es una realidad en Barbanza que empieza a condicionar la actividad económica e, incluso, el futuro de las empresas, reconociendo que «comezamos a ter problemas nos talleres. Resulta practicamente imposible, por exemplo, atopar un chapista».

Aunque representantes de la práctica totalidad de ramas de actividad aseguran tener grandes dificultades para reforzar sus plantillas o suplir bajas por enfermedad o jubilación, la construcción y la pesca son los sectores donde el problema es más acuciante.

Constructores barbanzanos reconocen verse forzados a rechazar obras por la falta de personal cualificado, y profesionales como el ribeirense José Ayaso apuntan que será preciso recurrir a la contratación de mano de obra extranjera para mantener la actividad.

Basta con mirar las ofertas que diariamente se publican en el portal de empleo de la Xunta para comprobar la situación. De las seis existentes ayer para municipios de la comarca, tres eran de albañiles o peones y una de oficial de puente para buques de pesca.

Los empresarios coinciden en señalar que existe falta de interés entre los jóvenes por dedicarse a los oficios, una valoración en la que está de acuerdo el director del CIFP Coroso, Antonio Teira, un centro en el que existen dificultades para cubrir las plazas en ciclos formativos que antaño tenían lista de espera.

Impulsar los aprendizajes

Entre las posibles soluciones, muchos profesionales coinciden en apuntar la necesidad de poner en valor las ocupaciones tradicionales fomentando su conocimiento y el acceso al aprendizaje. Así lo indica Óscar Bermo, propietario de una ebanistería en A Pobra, quien ve en la FP dual una alternativa: «Se un rapaz fai as prácticas aquí e vexo que se defende, colleríao para traballar».

El suyo es un negocio familiar y confía en que su hijo continúe sus pasos, pero actualmente también ve condicionada su actividad por la escasez de mano de obra cualificada: «Hai moito traballo e estou aprazando porque resulta imposible abarcar todo».

Por su parte, Gilberto Moreira, propietario de una empresa de pintura, explica que «acabo de incorporar a un rapaz» y defiende que «deberíamos ter unha axuda das Administracións para a formación, polo menos que nos sufragasen a seguridade social».

Sin embargo, Moreira también es de los que opina que «os oficios non interesan», una afirmación que hace añadiendo acto seguido: «O da pintura é un oficio bonito».

A medida que se habla con representantes de distintos sectores, la afirmación de que «estamos todos igual» se repite como si de un eco se tratase. El problema, recalcan, es que no encuentran solución y, en el caso de quienes tienen personal próximo a jubilarse, saben que van a tener muchas dificultades para cubrir el puesto porque no existen profesionales para hacer el reemplazo.

En Aguiño, Moncho Blanco, uno de los responsables de un astillero familiar que ha sabido adaptarse a los nuevos tiempos sin renunciar a la carpintería naval en madera, sentencia: «Non hai mozos para dedicarse a isto».

También en este negocio se han realizado incorporaciones de personal recientemente. Esta semana comenzó a trabajar un soldador y unos días atrás lo hizo un pañolero. No fue sencillo, como subraya Moncho Blanco: «Estivemos moito tempo buscando». En ambos casos, dice, se trata de personas con experiencia.

David Guinaldo: «As condicións inflúen e a xente marcha a traballar fóra por esa razón»

Con 32 años y ocho de experiencia como soldador, David Guinaldo forma parte desde el pasado lunes de la plantilla del astillero de Aguiño. Explica que se había quedado en paro y acudió al taller para dejar su currículo. No tardaron en ponerse en contacto con él y, además, hasta tuvo la ocasión de poder elegir: «O mesmo día que me chamaron do astaleiro de Aguiño tamén o fixeron dunha empresa de Catoira».

Nunca había trabajado en un astillero, pero no ha tenido dificultades: «A diferenza é que aquí todo é moito máis grande».

David Guinaldo conoce las dificultades para encontrar personal que están afectando a muchas empresas. Sin embargo, no lo atribuye de manera exclusiva a una falta de interés de los jóvenes por la práctica de oficios tradicionales: «En moitos sitios, o malo son os salarios». Subraya que «as condicións inflúen e a xente marcha traballar fóra por esa razón». Ahora que ha iniciado una nueva actividad afirma estar contento.