Barbanza registró el año pasado la peor cifra de nacimientos de la década

Marta Gómez Regenjo
Marta Gómez RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

MARCOS CREO

En la comarca vienen al mundo la mitad de niños que a principios de siglo

15 dic 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Se ha especulado mucho sobre si el confinamiento tendría efectos sobre la natalidad, con la esperanza de que la pandemia trajese algo bueno y contribuyese a mitigar la sangría de población que sufre Galicia en general, y Barbanza en particular. Habrá que esperar unos meses a que el Instituto Nacional de Estadística adelante los datos provisionales del 2021 para comprobarlo, porque los registros correspondientes al 2020 que acaban de ver la luz suponen un nuevo jarro de agua fría: la comarca registró la cifra más baja de nacimientos de la década.

En total, durante el año pasado vinieron al mundo 598 barbanzanos, una treintena menos que en los 12 meses anteriores, en una tendencia a la baja que se mantiene constante desde el 2015 y que se repite en la mayoría de los municipios de la zona. De hecho, las cifras son demoledoras, sobre todo si se viaja en el tiempo hasta principios de siglo. A comienzos de los 2000 nacían en la comarca el doble de niños que ahora.

En este contexto de descenso demográfico son pocas las excepciones, pero las hay. Una de ellas está en Boiro, donde, aunque ligeramente, aumentaron los nacimientos, una circunstancia que resulta más sorprende en otros municipios con menor dinamismo que el boirense, como pueden ser Muros, Outes, Porto do Son y Mazaricos, donde la cifra de partos también experimentó una subida.

En cuanto a los demás ayuntamientos barbanzanos, la caída es clara. En este sentido, destaca el caso de Noia, donde se registró la mayor bajada al pasar de 79 alumbramientos en el 2019 a 56 el año pasado, la cifra más baja de la década en el municipio.

Saldo vegetativo

Con estos datos, el noiés es también el concello de la comarca que presenta el peor saldo vegetativo, es decir, la diferencia entre nacimientos y defunciones. Las 174 muertes registradas arrojan un balance negativo de 118, una cifra a la que se acerca Muros a pesar del aumento en el número de partos: frente a los 40 nacimientos contabilizados, hubo 138 fallecimientos.

En el lado contrario se sitúa Lousame, el municipio con la menor variación. Con todo, la resta de fallecimientos y nacimientos sitúa en 36 los vecinos que ha perdido el concello en el último año. Aun así, esta cifra no es tan preocupante como la que se da en Carnota, donde se registra el peor balance de alumbramientos, que ni si quiera llegan a uno por mes: hubo 11, lo que arroja un saldo vegetativo negativo de 70 habitantes.

Santiago Freire: «A clave está en que Noia siga sendo atractiva»

Santiago Freire es consciente de lo difícil que es cambiar la tendencia de pérdida de habitantes, aunque confía en que el balance tan negativo de Noia sea algo puntual: «A situación de pandemia puido ter unha incidencia clara, polo temor que suscitou». Con todo, asume que, aunque haya más niños, con una población cada vez más envejecida es difícil aumentar el padrón: «A única maneira de reverter a tendencia quizais sexa coa chegada de habitantes doutras localidades. A clave está en que Noia siga sendo atractiva e en seguir aumentando as axudas para a conciliación».

José Ramón Romero: «Seguimos aspirando a chegar a 20.000 veciños»

Hubo un tiempo en el que Boiro tenía a una distancia razonable el objetivo de alcanzar los 20.000 habitantes, lo cual supondría un salto cualitativo importante. Sin embargo, inició una pérdida progresiva de población a la que el gobierno local quiere intentar poner coto: «Estamos estudando medidas implantadas noutros municipios para desenvolver un plan, ben con vantaxes fiscais ou outras medidas, para fixar poboación», explica el alcalde, José Ramón Romero, Martiño.

El objetivo es claro: «Seguimos aspirando a chegar aos 20.000 habitantes».