Denís Sendón: «O marisqueo non ten ciencia, hai que darlle duro»

María Xosé Blanco Giráldez
m. x. blanco RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

marcos creo

Fijarse en el tipo de arena y manejar con destreza el rastro son para él los únicos secretos de la profesión

30 oct 2021 . Actualizado a las 04:47 h.

A bordo de embarcaciones y pisando la arena, unas 1.500 personas convierten cada día las playas de la ría de Noia en su lugar de trabajo. Rastro en mano, buscan los ejemplares más grandes del bivalvo rey de la zona, el berberecho. Denís Sendón Lago (Muros, 1992) es uno de esos profesionales. En el mar encontró, hace un lustro, la oportunidad de abrirse camino en el mundo laboral y descubrió una ocupación muy satisfactoria: «Aquí traballo relaxadamente, organízome como quero e gozo recollendo e escollendo o marisco».

La campaña marisquera de Noia, una de las más importantes de Galicia, no solo reúne a profesionales adscritos a la cofradía local, sino que es punto de encuentro de trabajadores llegados de Porto do Son y Muros. Denís Sendón, que ha escarbado ya otros años la arena de estos bancos, no se muestra en esta ocasión muy optimista. «O arranque foi malo, primeiro porque se tivo que aprazar debido á toxina e despois porque os prezos eran baixos, o que obrigou a reducir os cupos. Agora parece que se está estabilizando, de feito, empezamos podendo coller cinco quilos e xa estamos por riba dos vinte», explica.

Aunque cuando maneja su rastro también trata de sacar a la superficie almejas, no duda al asegurar que el berberecho es su especie preferida. Y no solo por el proceso de extracción, sino también por el trabajo de selección posterior: «Aquí imos separando os exemplares en catro categorías en función do seu tamaño e ese proceso de escolla segundo a calidade das pezas é para min moi entretido».

Cuando, tras un intento frustrado por estudiar, decidió apostar por el mar, Denís Sendón no eligió entrar a formar parte del colectivo tradicionalmente vinculado a su sexo, el de a flote, sino que decidió rodearse de mujeres. Ahora se muestra satisfecho con la elección: «Estou encantado. As mulleres máis veteranas sempre me axudaron e non teño queixa ningunha».

Proceso de aprendizaje

Como en cualquier trabajo, los comienzos no son fáciles, aunque el muradano confiesa que esto de mariscar, por lo menos a él, le resultó menos complicado de lo esperado. La primera prueba que tuvo que superar fue el manejo del rastro, una herramienta de unos cinco kilos de peso: «Ao principio custa, pero todo é afacerse. Hai que ter coidado, porque é moi probable que che bata no ombreiro, pero nada máis».

La fase dos consistió en localizar las mejores zonas para la captura de cada especie y ahí contó con la ayuda de las mariscadoras expertas: «Dependendo de como estea a marea hai que ir a un lugar ou a outro, segundo busques ameixa ou berberecho. Polo normal, imos en grupo e axudámonos. O marisqueo non ten ciencia, hai que darlle duro». Añade que ni siquiera hay un secreto para localizar los tesoros que esconde el fondo marino: «As mariscadoras veteranas din que inflúe o tipo de area, na branda medra máis o berberecho e na dura é máis probable que haxa ameixa».

Escuchando a Denís Sendón parece que en el marisqueo todo es fácil y sencillo, pero como cualquier trabajo, tiene su parte negativa. En este caso, el factor meteorológico es fundamental: «Os días de frío e chuvia son os peores, pois ás veces cando saes da praia non sentes as mans». Con los pies siempre en la tierra, el miedo a los peligros que entraña el mar cuando se embravece es menor, pero el muradano advierte que siempre hay que tenerle respeto: «Ás veces empeza a subir a marea tan rápido, sobre todo cando son vivas, que a auga avanza máis ca as persoas e se non volves rápido á zona seca chega un momento no que te atafegas».

Factores externos

Pero los grandes temores de este y otros mariscadores están en factores externos e incontrolables. El precio que el producto que extraen de la arena alcanza en la lonja es uno de los principales, pues de él depende directamente su salario. Situaciones extraordinarias a un lado, como la vivida en la campaña pasada, con la hostelería prácticamente cerrada debido a la pandemia, Sendón Lago admite que se puede sacar un sueldo digno con el rastro: «Xusto, pero pódese. Quedamos en mileuristas, se ben é certo que traballamos as catro horas da marea».

A esta minijornada hay que añadirle otras tareas que estos profesionales realizan sin percibir nada a cambio, como la siembra de los bancos marisqueros o los turnos de vigilancia para evitar el furtivismo. Este es otro de los peligros que afronta el colectivo: «En Muros, os furtivos dan moito a lata, sobre todo no verán. Hai moita xente que aínda non entende que os froitos do mar teñen que ser para quen os traballa».

Además, en muchas ocasiones sin remuneración, los profesionales del mar se implican en su limpieza: «Máis alá das campañas que se organizan de recollida de lixo, cada mariscador xa tenta sacar todo o que vai atopando. Non queda outra se queremos seguir vivindo disto». Y Denís Sendón quiere. Se muestra convencido de haber encontrado en el mar su puesto de trabajo ideal.

tamaño y sabor

Aunque lo suyo es extraer los bivalvos de la arena, Denís Sendón destaca del berberecho de Noia su sabor y dimensiones: «Non vin outro nas praias do mesmo tamaño ca o de primeira de aquí». Apuesta por prepararlo al vapor y con arroz.