Santiago Iglesias: El ingeniero que propulsa Galicia hasta el espacio

Álvaro Sevilla Gómez
Álvaro Sevilla RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

MARCOS CREO

Desarrolla el «software» de nanosatélites que recorren la órbita terrestre recabando millones de datos

17 oct 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Si Albert Einstein dijo eso de que los genios se crean «con un 1 % de talento y un 99 % de trabajo», Santiago Iglesias Cofán (Ourense, 1993) debió captar el mensaje siendo todavía un chaval. Inteligente, dueño de una mente brillante, una de sus mayores virtudes es su método, su constancia, su hambre voraz de conocimiento. Exprime cada segundo. Para él no hay tiempos muertos. Ingeniero informático aeroespacial, nanosatélites recorren la órbita terrestre con el software escrito por él. Su sello ha llegado al lugar que escasos seres humanos han alcanzado, el mismo con el que millones han soñado.

«Desde joven sabía que quería dedicarme a la informática. Era lo mío. Me notaba ágil, me interesaba», reconoce este ribeirense nacido en Ourense, aunque criado desde los tres años en Santa Uxía. Tras terminar el instituto con un expediente brillante, regresó a su Ourense natal para cursar Ingeniería Informática: «Me encantó, noté que iba in crescendo. Cada vez me gustaba más, tenía más interés». Esa pasión la notaron sus profesores, que lo becaron para trabajar en el grupo de investigación de la facultad, especializado en informática aplicada. Ahí hizo sus primeros trabajos desarrollando software. En cuanto acabó la carrera, le ofrecieron un puesto para entrar en el grupo de ingeniería aeroespacial: «Ellos ya habían sacado el Xatcobeo -primer nanosatélite español en el espacio-. En esos momentos estaban con el Serpens -lanzado en el 2015-».

Ese rol lo compatibilizó con el máster en Ingeniería Informática, hasta que el Centro de Innovación Aeroespacial, ubicado en Nigrán, le abrió sus puertas: «Fue cuando se desarrolló todo el software que ahora está volando en los satélites. Ahí lanzamos el Lume-1. El objetivo era demostrar la tecnología que había aquí, en Galicia, en la Universidade de Vigo».

El dispositivo, de solo dos kilos, se utiliza para dar asistencia en los incendios forestales. Sirve para detectar incidencias en lugares inhóspitos del bloque: «Funciona como alerta temprana en zonas donde no hay cobertura. Pero esa es solo una de sus muchas funciones».

Fue el último caso de éxito antes de entrar a formar parte de la empresa Alén, pionera en ingeniería aeroespacial en Galicia, y que ya ha formado parte de proyectos con la ESA (Agencia Aeroespacial Europa), la ONU o la NASA: «Lo que se busca es que toda la tecnología, el potencial y el equipo humano, se aplique en la industria. Se está acercando el espacio a las empresas. El desarrollo de la tecnología ha permitido que no sea necesario invertir 500 millones en un satélite. Hay opciones mucho más económicas que pueden obtener resultados espectaculares».

En Alén, Cofán y el resto del equipo -la mayoría también salido de la Universidade de Vigo- están inmersos en proyectos de IoT (Internet de las cosas), 5G, rastreo y geolocalización de activos como aviones, barcos vehículos, y un largo etcétera. En definitiva, explotar todo el potencial que la tecnología aeroespacial abre ante ellos.

 Potencial

El ribeirense quiere romper también con el discurso de que «si quieres crecer tienes que marcharte fuera. Aquí en Galicia estamos haciendo unos proyectos espectaculares, si me apuras del mismo nivel de los que están desarrollando en Alemania o Dinamarca». Es por ello que no piensa en el extranjero como un plan cercano: «Aquí también podemos hacer cosas potentes. Hay un equipo de profesionales espectacular y las cosas están funcionando. Los proyectos se sacan adelante con éxito. Todo el mundo quiere venir aquí de vacaciones, y yo puedo vivir aquí y hacer lo que me gusta, me siento un privilegiado».

A su faceta como ingeniero informático se suma también la de investigador. El ribeirense compatibiliza su trabajo con un doctorado en la Universidade de Vigo que versa sobre la visión por computación. En definitiva, que a través de unos parámetros, los algoritmos sepan qué tienen delante sin necesidad de ojos: «Se usa mucho para reconocimiento de escritura, pero tiene muchísimas aplicaciones». Con una sonrisa, afirma que confía en unir ese campo de investigación con el de la creación de nanosatélites: «Sería la bomba». Mirando su frenético camino, no cabe duda de que terminará lográndolo.

FICHA

La guitarra: Además de la informática y la ingeniería, la otra gran pasión de Santiago Iglesias fue la música. Gran guitarrista solista, explica que sigue tocando. «Algún día saldrá algo», afirma con una sonrisa, mientras piensa en volver a los escenarios con una banda clásica de rock and roll.