Carlos Cernadas: El rianxeiro que desde Londres fusiona el rock duro con gaitas y panderetas

María Xosé Blanco Giráldez
M. X. Blanco RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

cedida

Acaba de publicar «Castrexos», álbum inspirado en el yacimiento de Baroña

14 oct 2021 . Actualizado a las 20:56 h.

El folk está de moda y su fusión con otros estilos musicales es cada vez más habitual. Desde Londres, la ciudad donde reside desde hace un lustro, Carlos Cernadas Castro (Rianxo, 1988) ha apostado por mezclar el sonido de gaitas y panderetas con los más duros acordes roqueros que brotan de su guitarra. El resultado es Castrexos, un álbum que propone un viaje en el tiempo, concretamente a la época en la que estaba habitado el afamado yacimiento de Baroña, en el municipio de Porto do Son.

El trabajo, que desde hoy está a disposición del público tanto en las plataformas digitales como en las grandes superficies en formato cedé, es la continuidad de un álbum anterior y sigue la misma línea en lo que a mezcla de sonido contemporáneo y tradicional se refiere. Carlos Cernadas reconoce que sus temas se podrían enmarcar bajo el epígrafe de música celta, pero con matices. Explica que el proceso de creación arranca con la grabación de una base de ritmos tradicionales, a la que en esta ocasión se han sumado músicos como la también rianxeira Sabela Galbán, integrante de la banda de Sés, y el gaiteiro Carlos da Silva. A partir de ahí, él escribe las canciones y les aporta el estilo rock que lo caracteriza.

La guitarra ha formado parte de la vida de este rianxeiro desde que era un adolescente. Al hecho de ser inmigrante atribuye la necesidad de ahondar en sus raíces musicales: «Creo que a morriña está detrás do meu proxecto artístico». Carlos Cernadas se trasladó a Londres en el 2016, con la idea de estudiar música creativa. Tenía previsto estar tres días, pero acabó, como él dice, atrapado. Y es que consiguió ligar su trabajo a la guitarra, pues imparte clases a través de una compañía australiana. El tiempo libre lo dedica a componer, grabar y ensayar.

Y, como al común de los mortales, la pandemia le puso en bandeja un montón de horas muertas: «No aspecto artístico, para min foi como unha beca, porque tiven o equivalente a un ERTE, así que me puiden centrar na miña música».

Las letras, en gallego

Sus canciones están estrechamente ligadas a la historia de Galicia y tienen un hilo conductor, como si de un relato por capítulos se tratara. No solo la temática y el sonido de gaitas y panderetas las conectan con su tierra natal, sino que las letras son en gallego. Por una parte, Carlos Cernadas aspira a recorrer el territorio gallego el próximo verano en una gran gira y, por otra, está convencido de que, en el fondo, el idioma empleado en los temas es lo de menos: «Agás para a música reivindicativa, na que si hai que comprender a mensaxe, para o resto cada vez inflúe menos a lingua empregada. Cantos escoitan a Bob Marley sen ter nin idea de inglés?».

Para el lanzamiento, el rianxeiro ha apostado por Internet y el formato cedé, pero Castrexos estará a disposición del público a partir del 12 de noviembre en vinilo. Al hecho de que la producción y comercialización de discos esté repuntando en Londres se suma el deseo de Carlos Cernadas de destacar la colaboración realizada por otro rianxeiro, el artista Raúl Gil Burés, que le ha puesto ilustraciones a las canciones: «Para o vinilo, integramos os debuxos nunha lámina grande, na que incluímos as letras das cancións. É un tamaño que se presta máis ca o do cedé, onde vai tipo libreto».

Aunque volver a los escenarios tras el obligado parón propiciado por la pandemia es el objetivo prioritario del barbanzano, él ya está pensando en un tercer álbum, que seguirá la línea de los dos anteriores, pues es de los que piensan que folk y rock, lejos de repelerse, se complementan: «Pode resultar un discurso sonoro moi coherente. Sen ir máis lonxe, Castrexos arranca cun prólogo instrumental, que é un ritmo de pandeireta no que se mesturan chelos e violíns con guitarras eléctricas».

Consciente de que su estilo se escapa de la música más comercial del momento, pero convencido de sus posibilidades de encontrar un segmento de público, Carlos Cernadas solo aspira a seguir viviendo de su mejor amiga, la guitarra.