Barbanza remonta la crisis: en el 2021 se firman más contratos que en el 2020

Francisco Brea
Fran Brea RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

Álex Acuña comenzó a trabajar en una empresa de arqueología
Álex Acuña comenzó a trabajar en una empresa de arqueología CARMELA QUEIJEIRO

En el sector servicios se formalizaron 12.224 acuerdos laborales en lo que va de año

26 sep 2021 . Actualizado a las 18:57 h.

La pandemia destruyó muchos empleos y todavía sigue teniendo repercusión en el mercado laboral. El avance de la vacunación y la relajación de las restricciones favorece el desarrollo de ciertas actividades económicas, y eso se nota en la contratación. Según los últimos datos facilitados por la Consellería de Economía, Emprego e Industria, en los ocho primeros meses del año se formalizaron 22.418 acuerdos, lo que suponen 2.606 más que en el mismo período del 2020. De seguir esta proyección, se podría acabar el 2021 con más de 33.000 contratos firmados, cifra superior a la del año anterior -que se quedó en 29.108-, pero lejos aún de la registrada en el 2019, cuando se alcanzaron los 37.514. La irrupción del covid desplomó las altas en Barbanza y solo Boiro consiguió plantar cara a la crisis.

En casi todos los municipios de la comarca los números mejoran a los obtenidos el pasado año. Precisamente la localidad boirense, junto con Mazaricos y Lousame, es una de las que empeora ligeramente, pero también es cierto que la reducción de contratos registrados tras la irrupción del covid fue mucho menor que en el resto de ayuntamientos.

Buena está siendo la evolución en A Pobra, donde destacaron los meses de abril y julio, ya que se formalizaron 1.005 y 1.115 acuerdos laborales, respectivamente.

Tirón veraniego

El verano y el alivio de las restricciones en la hostelería provocó un aumento de las contrataciones en estos negocios. De hecho, el mes de julio lidera por ahora el ránking en el 2021 con la firma de 4.110 contratos -288 más que en el 2020-. El sector servicios es uno de los que más tira del empleo en Barbanza y en ocho meses ha generado 12.224 acuerdos laborales. Le sigue la industria, con 7.078; agricultura y pesca, con 2.103, y la construcción, con 1.013. En este se está demandando mano de obra, pero los empresarios están teniendo problemas para encontrar personal cualificado.

Hostelería, transporte y también y la oferta de empleo público aglutinan a un 50 % de los afiliados a la Seguridad Social en la comarca. En concellos como Mazaricos tiene más peso la ganadería, mientras que en los costeros la pesca también es importante en la economía local.

«Me gusta el trabajo, es interesante y me deja tiempo para estudiar»

A principios de esta semana comenzó a trabajar Álex Acuña que, con tan solo 18 años, se introduce en el mundo laboral a la vez que finaliza los estudios de bachillerato. «Por ahora me gusta, es interesante y estoy contento. El contrato es hasta el inicio de verano, a media jornada, por lo que me deja tiempo para estudiar», explica. Es empleado de una empresa familiar de arqueología y, aunque no contaba con experiencia, tiene tablas: «No empecé de cero, porque siempre escuché hablar de esto en casa y me entretenía, así que entiendo las cosas».

 Álex está aprendiendo, como el mismo reconoce, y se encarga de lavar las piezas encontradas en las excavaciones y, entre otros cometidos, usar programas informáticos en planos arqueológicos. No se había planteado dedicarse a este sector en el futuro, pero ya no lo descarta: «En estos primeros días ya tuve que ir dos veces a A Guarda por un trabajo. Lo bueno que tiene es que no es rutinario, como si siempre tuviera que estar en una oficina delante de un ordenador. Conoces sitios y gente nueva».

«Estou contento. Cobro o mesmo na hostalaría e teño máis estabilidade»

Aunque se crio en un entorno eminentemente ganadero, Ismael González (Mazaricos, 1996) nunca había tenido contacto directo con ese sector. De hecho, tanto en el ámbito académico como en el profesional su vida siempre estuvo vinculada a la hostelería. Desde hace casi dos meses trabaja como peón en una cooperativa ganadera mazaricana.

«Estudiei un ciclo da rama da hostalería e empecei a traballar, primeiro nun bar e despois nun restaurante. Cando chegou a pandemia cambiou todo e mandáronme ao paro onde estiven case un ano. Agora no verán chamáronme, pero como só sería para uns meses decidinme a cambiar de aires», explica al tiempo que no oculta su sorpresa por sus nuevas condiciones laborales.

«Nunca na vida pensei que o traballo nunha granxa fose así. Está todo moi mecanizado e hai un alto grao de modernización e profesionalización. Estou moi contento. Aquí cobro practicamente o mesmo que na hostalería e teño moita máis estabilidade. Ademais, como traballo a quendas, os horarios non son tan duros coma nun bar», apunta.